El ex portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ha instado a su antigua formación a adoptar una actitud «más tolerante» y a dejar atrás los «duelos fratricidas» con el Partido Popular (PP), con el objetivo de trabajar conjuntamente en una alternativa «ilusionante» capaz de lograr el relevo de Pedro Sánchez en La Moncloa.
Durante una entrevista concedida a Europa Press con motivo del lanzamiento de su libro España tiene solución, Espinosa de los Monteros analiza las tensiones actuales entre el PP y Vox. «El PP acusa a Vox de hacer oposición al PP y Vox acusa al PP de no hacer oposición al PSOE, en lugar de pensar en el bienestar de la nación, acabar con este Gobierno y proponer cosas ilusionantes y optimistas», lamenta.
A juicio del exdirigente, quienes más sufren esta confrontación entre ambas formaciones son los votantes, al no contar con una vía clara para expresar sus demandas. «¿Cuál es el proyecto ilusionante al que me queréis llevar? ¿Cuál es la plataforma a la que tengo que estar yo deseando aspirar? ¿Cuál es el proyecto aspiracional e ilusionante que me estáis proponiendo?», plantea Espinosa de los Monteros. Por eso, subraya la necesidad de construir una propuesta «ilusionante, optimista y creadora de una esperanza basada en algo tangible y real», algo que, a su juicio, solo puede surgir de la cooperación entre ambos partidos.
En este contexto, el también empresario inmobiliario se refiere a las críticas que recibe desde sectores afines a Vox por su proximidad a figuras destacadas del PP. La más reciente, una fotografía suya junto al portavoz popular en el Congreso, Miguel Tellado, y Cayetana Álvarez de Toledo, tomada durante la manifestación contra el Gobierno de Pedro Sánchez el pasado sábado en la Plaza de Colón.
La imagen ha intensificado las «hostilidades» hacia Espinosa de los Monteros por parte de Vox y ha alimentado los rumores sobre un posible regreso a la política bajo el paraguas del PP de Alberto Núñez Feijóo. Espinosa reconoce estas críticas, que dice recibir con «un poco de pena», y reitera su llamado a la «tolerancia» dentro de su antiguo partido. Aun así, minimiza la relevancia de esas «hostilidades», rechazando entrar en «una espiral que no es productiva».
«No tengo ningún reparo en decir que me llevo bien con (Carlos) García Adanero o Cayetana (Álvarez de Toledo), tenemos que ser todos un poco más tolerantes, en vez de estar en duelos fratricidas pensar en el interés de España y deshacernos de este Ejecutivo», recalca.