La llegada de inmigrantes a España en 2025 dibuja un escenario complejo, lleno de contrastes y con una evolución que invita a la reflexión. Aunque el número total de entradas irregulares, 34.251 personas, supone un descenso significativo respecto al año anterior, los datos no pueden leerse en una sola dirección. Las cifras, publicadas por el Ministerio del Interior, muestran que la presión migratoria sigue presente, aunque distribuida de forma distinta según los territorios. Mientras las llegadas por vía marítima caen con fuerza en algunas zonas, otros puntos del país experimentan un aumento notable, como es el caso de las Islas Baleares.
Este descenso global del 29,9% respecto al mismo periodo de 2024 puede parecer una buena noticia en términos de control y prevención de situaciones de riesgo en rutas marítimas peligrosas. Sin embargo, tras las estadísticas hay historias humanas que continúan empujando a miles de personas a abandonar sus países en busca de un futuro más seguro. La realidad migratoria sigue siendo dinámica, cambiante y marcada por factores socioeconómicos y geopolíticos que van más allá de nuestras fronteras, según Europa Press.
Uno de los datos más destacados del informe es la caída de las llegadas por mar. En total, 30.692 migrantes han alcanzado España por vía marítima en 2025, un 43,7% menos que en 2024. Esta reducción se nota especialmente en las Islas Canarias, que han pasado de recibir más de 41.000 personas el año pasado a 16.807 este año. También disminuye el número de embarcaciones: 255 frente a las más de 600 del periodo anterior.
La Península, por su parte, también refleja un descenso en la entrada de personas por mar, con 688 migrantes menos y un 8,7% de reducción respecto al año pasado. Este menor flujo podría responder tanto al refuerzo de los dispositivos de vigilancia como a cambios en las rutas que utilizan las redes de migración irregular. Aun así, el fenómeno no desaparece, sino que se transforma y se desplaza hacia otros puntos del territorio.
Mientras el conjunto del país registra un descenso, Baleares vive justo la situación contraria. Las islas han recibido 1.476 migrantes más que el año anterior, lo que representa un incremento del 28,3%. En total, 6.688 personas han llegado hasta sus costas en 366 embarcaciones. Este aumento contrasta con la tendencia general y convierte al archipiélago en el territorio con mayor repunte de todo el país.
Las razones de este crecimiento se relacionan con cambios en las rutas migratorias, que en ocasiones se desplazan hacia zonas donde la vigilancia es más compleja o los trayectos resultan menos peligrosos que en otros puntos. Para las islas, esta situación supone un reto añadido en materia de acogida, recursos y coordinación institucional.
En conjunto, los datos muestran que la inmigración irregular continúa siendo un desafío que requiere respuestas humanas, coordinadas y sostenibles. Detrás de cada cifra hay una vida, una decisión difícil y una esperanza que traspasa fronteras.