España

4 de mayo de 2025
1 minuto de lectura
Una calle llena de flores en El Gastor, Cádiz. | Fuente: La Voz de Cádiz.

Nos encontramos, perdidos, esta mañana
por la calle más ancha.

-¿Qué buscas?, te dije.

-Una ventana con flores al costado,
un patio con geranios, me dijiste,
y campos de trigo que llenen la mirada
de los nidos hambrientos.

-¿Nada más?, volví a decirte.

-Ah, sí, busco escaleras hacia arriba
o hacia dentro
que lleguen al oblicuo perfil
de la manzana mordida.

Porque amor no hay en los pasillos,
sólo puertas a un lado y a otro
y mujeres que limpian los papeles caídos.

¡Caídos por Dios y por España!…

(Eso no se puede decir,
que es un pecado ahora)

Otros cayeron por la indiferencia
de sí mismos.

Caídas también las gomas de borrar inquietudes
y los cansancios de mimbre de la ropa lavada
y esta cabeza mía de no saber dónde estoy
mientras camino.

Me pierdo en los corazones y en las caras
que ha maquillado el tiempo
y en las colinas de enfrente
que ayer no estaban.

…Un río de aguas cansadas
es la vida.

Pedro Villarejo

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