Hoy: 26 de diciembre de 2024
Se han divulgado recientemente los últimos estudios en los que se apunta que los españoles poseen una expectativa de vida diez años superior a la media de la población global. Además, como recoge EP, tanto en hombres como en mujeres, la expectativa de vida se encuentra entre los cinco primeros lugares a nivel global. La situación es que en las últimas décadas se ha experimentado un incremento en la expectativa de vida, en gran medida gracias al avance de una medicina personalizada y de precisión, que ha facilitado la identificación precoz de enfermedades y, por ende, su mejor tratamiento.
El envejecimiento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es el resultado de la suma de los cambios morfológicos y funcionales que ocurren a través del tiempo en los seres vivos, desde su concepción hasta la muerte, es individual, dinámico, progresivo e irreversible, se produce en el ser vivo con relación al paso del tiempo.
El doctor Arturo Fernández-Cruz, catedrático de Medicina Interna y presidente de la Fundación Fernández-Cruz, ha dejado puesto el énfasis en que “el escenario ha cambiado y es un hecho incontestable”. De hecho, destaca el experto, la persona más longeva del mundo, vive en un pueblo de Badajoz, Bienvenida, y se llama Francisco Núñez Olivera, de 112 años, recoge la agencia.
De la misma forma, según recoge EP, indica que, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, la esperanza de vida se situaba en 2010 en 84,7 años para la mujer, y en 81,9 años para el hombre, mientras que en 2016 ha ascendido a 87,6 en la mujer, y en el hombre a 81. “Nos encontramos en uno de los escenarios en los que envejecer se va retrasando de forma progresiva a la muerte. Un hecho incontestable es que la edad es un factor de riesgo de enfermedades, y enfermamos porque envejecemos. Por eso es importante también abordar las enfermedades crónicas que se asocian con el envejecimiento”, manifiesta.
Los expertos explican que las principales enfermedades asociadas al envejecimiento son: la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el Alzheimer. Pero de la misma forma, los mismos aseguran que se ha demostrado que una de cada tres enfermedades degenerativas puede prevenirse siguiendo un estilo de vida saludable (dieta, ejercicio, evitar tóxicos y estrés).
David Céspedes Gómez, especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva del envejecimiento y profesor de máster de medicina estética y antienvejecimiento, también habla para RNE sobre ello. Asegura que la sociedad se ha acomodado, que la alimentación influye y mucho a la hora de sumar o restar tiempo a nuestro reloj biológico.
En cuanto al ejercicio, el profesor Céspedes asegura que de nada le sirve a nuestro organismo practicar en una jornada o dos el ejercicio de toda una semana. No se recomienda dar un atracón de deporte en una tarde y el resto de la semana llevar una vida sedentaria.
En este contexto, Fernández-Cruz destaca el trabajo realizado por Carlos López Otín, experto en cáncer y profesor en el campo de Bioquímica y Biología Molecular de la facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo, quien ha llevado a cabo una investigación constante sobre los síndromes que aceleran el envejecimiento y el fallecimiento anticipado.
De la misma forma, el experto español cita los progresos realizados por la premio Nobel de Medicina en 2009, la bioquímica australiana Elisabeth Blackburn, por sus investigaciones sobre los telómeros, los extremos de los cromosomas o genes, que son claves para proteger el ADN y que éste no se dañe. En concreto, concluye que a medida que los telómeros se acortan, bien por el propio proceso de envejecimiento de la persona o por estrés, se da lugar a la degradación celular; una investigación que favorecerá el conocimiento de nuevas terapias contra el cáncer o que servirá para conocer los procesos de regeneración celular, recoge EP.
En opinión del catedrático de Medicina Interna, lo más revolucionario que se ha avanzado en el campo contra el envejecimiento lo ha logrado el científico español Juan Carlos Izpusúa en 2016, al demostrar que se pueden modificar los genes, sobre todo en la etapa embrionaria. “Han sido capaces de modificar las mutaciones de los genes en la etapa embrionaria en humanos, en enfermedades, por ejemplo, como la miocardiopatía hipertrófica, responsable de la muerte súbita en el hombre, un hecho que alberga la esperanza de la desaparición de enfermedades congénitas como el Síndrome de Down, o las enfermedades llamada raras”, apunta Fernández-Cruz.