¿Recuerdan el cuento del Valle de los corderos? Pues la historia continúa.
Dejamos hace años el Valle lleno de felicidad, amor y respeto entre todos los habitantes, los niños felices y sus padres más. No sabían que había pasado pero lo cierto es que las flores no brotaban y que la inmensa alfombra de distintos tonos de verdes se estaba oscureciendo.
Los pastos se estaban secando y el agua antes cristalina se veía turbia y maloliente.
Los viejos del lugar se reunieron asustados por el temor a lo que se estaba avecinando, uno de ellos, el más mayor pidió la palabra y comenzó a hablar.
—Queridos vecinos quiero exponer todo lo que he visto durante estos últimos años, este magnífico Valle era un ejemplo de cómo con esfuerzo, se puede lograr crear un lugar lleno de proyectos y de ilusión. Vinieron de otros lugares y aportaron sus ideas y trabajo, y
nos sentíamos todos orgullosos de nuestros esfuerzos y conseguimos entre todos hacer de este Valle nuestro hogar—.
¿Qué ha ocurrido entonces para vivir el deterioro que se está produciendo desde hace unos años?
Otro de los ancianos pidió la palabra y expuso su idea.
—Aquí vivíamos en paz y ninguno se peleaba con el vecino. Teníamos comida para todos y si alguno necesitaba algo, se le ayudaba.
Pero desde que algunos empezaron a meterse en los pastos del otro, ya no ha sido lo mismo, tenemos que poner vigilancia y cuidar los pastos, pero si nos falta el agua para su regadío conoceremos el hambre, y esa es la peor de las plagas—.
Todos quedaron en silencio hasta que un cordero joven pidió la palabra.
—Habla, tú sueles trabajar con los más jóvenes, seguro que nos puedes aportar algo nuevo—.
El joven comenzó diciendo: —Es solo una idea, hemos visto como muchos cambiaron las correntías, haciendo surcos profundos y así lograr que el agua regase sus pastos y que a los demás les llegase una mínima cantidad. Solo con mirar se ve la diferencia de unos pastos a otros y no hemos hecho nada para parar esa detestable acción, estamos viendo como muchos se están secando, ¿a qué estamos esperando?
Otro se levantó y muy enfadado dijo:
—Recuerdo a mi vecino educado trabajador y correcto, no nació en el Valle, pero respetó nuestra forma de vida, luego llegaron más y se adaptaron, pero vinieron algunos que no se adaptaban y empezaron a envenenar con sus ideas destructivas a otros, sobre todo a jóvenes inexpertos y sin ganas de trabajar, y lo peor de todo es que quieren vivir sin trabajar y que les mantengamos los que trabajamos desde el comienzo del día, hasta caer la noche—.
Todos se levantaron y gritaron: —¡No estamos dispuestos! —
—Tenemos que crear leyes y los que no las cumplan se les expulsará de inmediato, además tenemos que tener en cuenta que ante nuestra debilidad, los lobos se están acercando—.
—Más de uno mató a alguno de los nuestros y no lo vamos a consentir—. —Tendremos que poner vallas en torno al Valle— dijo otro.
—No pondremos cercados ni vallas, ni seremos capaces de expulsar a cualquiera que venga con malas intenciones y para eso nos valdremos de sus referencias y sabremos quién es quién—.
Todos comentaban entre ellos hasta que el mayor se puso en pie y con una potente voz dijo:
—Hasta aquí hemos llegado, antes de la destrucción total de nuestro Valle pondremos freno a los desmanes de algunos y haremos una votación general para elegir a quien con su prudencia y honestidad además de su sabiduría sepa crear leyes para el mantenimiento del Valle, nuestra querida tierra y que sean de obligatorio cumplimiento para todos—.
—Quien se salte estas leyes será expulsado en veinticuatro horas, como así se hizo al comienzo de la entrada de los nuevos miembros de nuestra comunidad. Ahora serán leyes—.
Todos entusiasmados estuvieron de acuerdo, hasta que desde el fondo una voz cantarina con un balido casi olvidado que les transportó al comienzo dijo: —Tenemos que elegir un líder, y lo haremos entre los que han demostrado su experiencia, sus conocimientos, su honestidad y su bien hacer y lo votaremos entre todos—.
Todos salieron contentos de la reunión, pensando con entusiasmo en el día de las votaciones.
Los balidos empezaron a sonar por todo el Valle, querían sentirse otra vez protegidos y estaban expectantes.
Algunos de los balidos eran disonantes, pero lo entonados correctamente sobresalían entre todos.
Llegó el gran día y todos acudieron, el aluvión de votaciones fue grandioso.
Con gran regocijo se dio el resultado, todos quedaron conformes
y el líder salió victorioso y muy aplaudido por todos.
Así comenzaron una nueva etapa en el Gran Valle.
Lo tuyo es tuyo y lo mío es mío.
No en lo que se estaba creando “bajo cuerda” de lo mío es mío y lo tuyo también.
Pensemos como piensan nuestros niños, con su maravillosa inocencia. Hagamos un mundo donde quepamos todos.
Que no sobre ninguno, solo los que pretendan dañar al otro. Intentemos hacerlo realidad. Y ahora sí, este es el final del cuento.