El Rey rezando

9 de marzo de 2025
1 minuto de lectura
Felipe VI. | EP

Un padre ya sin esperanza, con hijo endemoniado, acude a los apóstoles para que expulsen de su casa tanto daño. Pero no lo consiguen. Y acude al Mesías que acaba por fin con la desolación de aquella familia. Más tarde, los apóstoles (Marcos 9) preguntan a Jesús por qué ellos no pudieron y Él sí: “Para arrojar a esta clase de demonios se precisa mucho ayuno y más oración”.

Entre aclamaciones, España entera ha visto al Rey rezando unos minutos delante del Cristo de Medinaceli. Siempre hemos sabido que la fuerza de la oración no se mide tanto en tiempo como en intensidad. Aun así, me temo que no haya sido suficiente la brevedad del rezo para echar de la hispánica familia a tantos demonios como pululan, haciéndose pasar por ángeles dorados que sólo piensan en cómo disimular con parabienes la mala vida que nos dan. Nos imaginamos todos qué pediría el Rey al Cristo, pero me permito, Majestad, recomendarle más Medinaceli porque, con un ratito al año no va a ser suficiente. Si puede, anime también a la Reina, a su suegra y a las princesas… todo es poco para alejar a estos demonios que no paran de crecer y sólo se irán con un milagro.

pedrouve

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