El perro de Alcibíades

2 de mayo de 2023
1 minuto de lectura
Alcibíades
Alcibíades

Los que saben, con toda razón nos enseñaron que la Historia es maestra de la vida, aunque otros mantengan que es una hoja inacabable de mentiras encuadernadas. Yo sigo sosteniendo que tan difícil es creer las verdades como las mentiras: sólo la fe alumbra los pliegues de la vida a la hora de discernir y tomar las oportunas decisiones.

Alcibíades, sin embargo, fue un personaje histórico del que hoy aprendemos, por más que viviera en el siglo V antes de Cristo. 

A nadie se le escapa que escribo de un general ateniense, de aristocrática familia, que cambió sucesivamente de partido, de ilusión y de estrategia, según le convenía. De Atenas pasó a Esparta al sentirse perseguido y poco valorado; de Esparta huyó a Persia fugado por parecidos motivos y, tras muchas y sucesivas incursiones, más por interés que por afectos, fue restituido a su patria verdadera ya que, en palabras de Aristófanes, Atenas le anhelaba con la misma fuerza que lo repelía.

Los errores de su exilio

Al regresar, Alcibíades fue muy cuidadoso de no cometer los mismos errores que motivaron su exilio, volviéndose prudente y religioso. Uno se lo imagina como el don Guido de Machado: “aquel trueno, vestido de nazareno”.

La habilidad de Alcibíades en su oratoria le permitió mentir constantemente, sin que los demás pudiesen apreciar de inmediato la falacia de su discurso. De ahí que alcanzara nuevamente alturas inimaginables en el gobierno de las milicias y consejerías de los que acudían a él como táctico del pensamiento.

Pero como todas las argucias terminan descubriéndose y a Alcibíades le costaba cada vez más encubrir sus engaños, decidió cortarle el rabo a su perro. Asombrados sus amigos le preguntaron el porqué de semejante travesura:

-Mientras todos hablan del rabo de mi perro, se olvidan de las corrupciones y del mal ejercicio de mis responsabilidades, contestó

Se sabe que amaba entrañablemente a su esposa Timandra, aunque los hermanos de una bellísima joven creyeron que Alcibíades la perseguía para tomarla como amante y quemaron su casa de madrugada, provocando que el famoso general se tirase al vacío huyendo de las quemaduras: una hilera de flechas envenenadas le atravesó el costado y se  quedó mirando a los culpables, perplejo por creer que vivía la pesadilla de un mal sueño.

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

Israel deporta a Greta Thunberg tras su intento de romper el bloqueo a Gaza

Ocho de los activistas rechazaron la deportación y permanecen detenidos en la cárcel de Givon, a la espera de una…

Sofía Vergara enciende las redes con una sensual foto en bikini para promocionar su nueva crema solar

La instantánea no solo provocó una ola de comentarios por su impactante figura, sino que también fue una táctica promocional…

Cemre Baysel, bajo el foco por acoso en rodaje y reencuentro personal

Entre la fortaleza mostrada frente al acoso y el inesperado retorno del amor, la actriz demuestra no solo su talento,…

Muere el escritor británico Frederick Forsyth, autor de novelas como ‘Odessa’ o ‘Chacal’

El escritor británico Frederick Forsyth, autor de novelas como Odessa o Chacal, ha fallecido este lunes a la edad de…