El papa Francisco ha enfatizado el papel fundamental de la humildad en la promoción de la paz y la unidad, advirtiendo que la falta de esta virtud conduce a la discordia y la división. Durante su catequesis semanal en la Plaza de San Pedro, el Pontífice instó a los fieles a seguir el ejemplo de humildad de Jesús y María, destacando que esta virtud es esencial para contrarrestar el mal en el mundo y en la Iglesia.
En su discurso, el Papa abordó la importancia de la humildad, señalando que, aunque no esté enumerada entre las virtudes cardinales y teologales, constituye la base de la vida cristiana. Asimismo, hizo un llamado a la oración por las vocaciones y la vida consagrada, especialmente ante la escasez de vocaciones en Italia.
Francisco también aprovechó la ocasión para urgir a la comunidad internacional a rezar por la paz en un contexto de conflictos mundiales, recordando especialmente a las naciones afectadas por la guerra, como Ucrania, Palestina e Israel, y Birmania. Destacó que la humildad actúa como antídoto contra la soberbia, el vicio más destructivo, devolviendo todo a su justa dimensión.
Finalmente, el Papa exhortó a la contemplación de la grandeza del universo como un recordatorio de la propia pequeñez humana, señalando que aquellos que conservan esta percepción se protegen del peligro de la arrogancia. En un mundo marcado por la ciencia y la tecnología, Francisco subrayó la importancia de mantener la humildad como un valor central para la convivencia pacífica y la armonía.