Hoy: 23 de noviembre de 2024
El Papa, en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, muestra preocupación por el impacto de la inteligencia Artificial (IA) en la información, en una época “rica en tecnología y pobre en humanidad”, según informa la oficina de prensa del Vaticano que recoge Europa Press.
Asimismo, el pontífice reflexiona sobre cómo los sistemas de la IA están modificando radicalmente la información y la comunicación y, a través de ellas, algunos de los fundamentos de la convivencia civil.
En ese mismo tenor, advierte de que su uso podrá contribuir positivamente en el campo de la comunicación solo “si no anula el papel del periodismo sobre el terreno” y “si aumenta la profesionalidad de la comunicación, responsabilizando a cada comunicador”.
Por ello, el Pontífice lamenta que esta época “corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en humanidad” y ha llamado a no confiar la interpretación que se hace sobre el mundo y las cuestiones de actualidad a “las máquinas”.
“Las máquinas poseen una capacidad inconmensurablemente mayor que los humanos para almacenar datos y correlacionarlos entre sí, pero corresponde al hombre, y sólo a él, descifrar su significado”, ha determinado.
Por ende, explica que no se trata de exigir que “las máquinas parezcan humanas”, sino más bien de “despertar al hombre de la hipnosis en la que ha caído debido a su delirio de omnipotencia, creyéndose un sujeto totalmente autónomo y autorreferencial”.
Por todo ello, ha alertado de los malos usos de la IA que puede ser un instrumento de “contaminación cognitiva” y “de alteración de la realidad a través de narrativas parcial o totalmente falsas que se creen, y se comparten, como si fueran verdaderas”.
Así ha citado el ejemplo de las fake news que hoy se sirve de deepfakes, es decir, de la creación y difusión de imágenes que parecen perfectamente verosímiles pero que son falsas. “También yo he sido objeto de ello”, revela. En este sentido, una imagen del papa Francisco vestido con chaquetón de plumas blanco de la marca Balenciaga se difundió en las redes sociales el pasado mes de marzo.
Asimismo, el obispo de Roma ha llamado la atención sobre los fenómenos mediáticos hoy conocidos como “cámara de eco”. “En tales casos, en lugar de aumentar el pluralismo de la información, corremos el riesgo de perdernos en un pantano desconocido, al servicio de los intereses del mercado o del poder”.
Para el Papa, es “inaceptable” que el uso de la inteligencia artificial conduzca a un “pensamiento anónimo”, a un “ensamblaje de datos no certificados” o a una “negligencia colectiva de responsabilidad editorial”. Por ello, sentencia que la “información no puede separarse de la relación existencial” porque implica “poner en relación no sólo datos, sino también las experiencias”.
“Por una parte, se cierne el espectro de una nueva esclavitud, por la otra, una conquista de la libertad; por un lado, la posibilidad de que unos pocos condicionen el pensamiento de todos, por otro, la posibilidad de que todos participen en la elaboración del pensamiento”, determina.
Por último, el Papa ha encomiado la labor de los periodistas que se juegan la vida para dar cuenta y explicar los conflictos que hay en todo el mundo, con el fin de evitar que caigan en el olvido, al tiempo que ha condenado las “campañas de desinformación”.
“Pienso en los reportajes de las guerras y en la “guerra paralela” que se hace mediante campañas de desinformación. Pienso en cuántos reporteros resultan heridos o mueren sobre el terreno para permitirnos ver lo que han visto sus ojos. Porque sólo tocando el sufrimiento de niños, mujeres y hombres podemos comprender lo absurdo de las guerras”, enfatiza.