Algunos caminos no deberían transitarse. Las experiencias difíciles no aportan nada, no nos hacen más fuertes ni más sabios, aunque algunos se empeñen en hacernos creer que esto es así o que puede ser posible. Que nos maldigan diciendo que es parte de la enseñanza de la vida y que de todo ello aprenderemos, es una mentira iniciática encaminada a la resignación.
Lo cierto es que en absoluto son necesarias y además de poco sirven. Aquel joven muchacho había venido sin que hubiera sido llamado o se hubiera solicitado su aquiescencia. Su existencia por tanto no se debía a decisión propia o voluntaria. El azar lo había colocado, no elegido, en un entorno nada agradable, y apenas algo podía hacer en ese momento para cambiarlo.
Su intranscendente historia estaba marcada por voluntades que le eran ajenas. Nunca fue tenido en cuenta por quienes sobre él decidían. Sentado en el umbral de la puerta veía como transcurría la vida de otros que con seguridad era mucho mejor que la suya. No necesitaba imaginar qué tipo de existencia llevaban, ya que cualquiera de ellos caminaba firmemente amparado a su quehacer diario, a los lugares de encuentro.
Con semejante bagaje con qué tipo de herramientas contaba él para forjar un ápice de piezas que pudiera blindarle al menos alguna clase de oportunidad. Los vientos que arrasan el mar no siempre son favorables, y las naves nunca llevan en sus mástiles las velas adecuadas.
No es preciso venir del otro lado del mar para que la travesía sea tarea ardua desde sus comienzos. Se es consciente muy temprano, antes de que corresponda, que no encontrará los asideros necesarios que le permitan permanecer de pie o que podrá equivocarse sin que esto signifique que apenas o nada habrá perdido.
El precio de un malpaso será un coste que no siempre podrá asumirse. La igualdad teórica solo se encuentra en los tratados y libros.
Aun así, y en contra del destino que para él los demás vislumbran, como si fuera alguien dado por perdido, cada mañana con la tristeza del ausente, llena su mochila con las pocas pertenencias que caben, y sale del portal para seguir aprendiendo consciente que su tiempo es escaso y que para salir de la maraña de fugas solo se tiene a sí mismo.
Extraordinarios el artículo y la foto
Buenísimo articulo Jose, lleno de verdad ,Tu que la viviste de cerca y la descubriste poco a poco . Una historia que aún no acabó porque yo ya navego en mi propio barco.