Hoy: 22 de noviembre de 2024
Nuevo giro en el caso Begoña Gómez. El juez Juan Carlos Peinado, del Juzgado de Instrucción 41 de la plaza de Castilla de Madrid, ha decidido modificar de testigo a imputado la condición jurídica del empresario Carlos Barrabés, socio de Begoña Gómez, la esposa del presidente Pedro Sánchez.
A la vez que ya le sitúa como imputado, el juez ha acordado volver a interrogarle el próximo 29 de julio para que aclare y amplíe algunos aspectos de la declaración a la que fue sometido, entonces como testigo, el pasado 15 de julio en sede judicial, según fuentes cercanas a la fiscalía.
Barrabés es un testigo clave del proceso por tráfico de influencias y corrupción entre particulares que tramita el juez Peinado fruto de una denuncia del sindicato Manos Limpias y a la que también se han sumado Vox y la asociación Hazte Oír.
Las empresas de Barrabés, elogiadas públicamente por Sánchez, han recibido subvenciones del Gobierno por importe de 23 millones de euros tras asociarse con Begoña Gómez. El pasado día 15 el empresario declaró ante el juez que mantuvo entre cinco y ocho reuniones en el palacio de La Moncloa con Begoña Gómez y que, en al menos dos de ellas, a tales encuentros acudió el propio presidente del Gobierno Pedro Sánchez.
El juez Peinado interrogará esta vez a Barrabés a través de videoconferencia, ya que éste se halla hospitalizado debido a una patología grave. El juez le va a preguntar de qué hablaron los tres en esos encuentros en La Moncloa, puesto que está investigando si Begoña Gómez cometió tráfico de influencias con su marido para proporcionar subvenciones a su grupo empresarial que suman casi 23 millones de euros salidos de las arcas públicas.
Barrabés costeó a la esposa de Sánchez la cátedra que arbitrariamente le facilitó el rector de la Universidad Complutense de Madrid tras reunirse con ella en el palacio de La Moncloa y cuyo coste en parte sufragó Barrabés. Begoña Gómez utilizó esta cátedra universitaria, a la que al parecer accedió por enchufe y sin tener ningún tipo de licenciatura, como una suerte de stand en el que asesoraba a sus clientes sobre qué hacer y cómo obtener subvenciones públicas del Gobierno de su marido.
Incluso llegó a apropiarse Begoña Gómez de una aplicación que le hicieron tres grandes empresas, gratis total, Indra, Google y Telefónica, para que desarrollase su actividad como conseguidora de ayudas públicas. La Complutense ha hecho una investigación sobre esta aplicación y ha concluido que la esposa de Sánchez, al apropiarse de ella y ponerla a nombre de su propia empresa, pudo cometer delitos.
El juez ha citado de nuevo a Barrabés porque pretende que le aporte más datos y detalles sobre lo que ya tiene declarado en el juzgado. Y si le ha cambiado la consideración de testigo a imputado es con la finalidad de que declare en presencia de abogado, por si de su testimonio se deducen hechos que puedan incriminarle tanto a él como a su socia Begoña Gómez. La imputación es por delitos de tráfico de influencias y corrupción entre particulares, la misma que pesa sobre la esposa de Pedro Sánchez.
El empresario se mostró muy evasivo en su anterior declaración, pero soltó algunos comentarios que dejan a los pies de los caballos a Begoña Gómez. Entre otras cosas, al hablar de los encuentros en La Moncloa con ella y el presidente del Gobierno en momentos en los que se tramitaban subvenciones para las empresas de su grupo.
Begoña Gómez acudió de nuevo ayer a los juzgados de plaza de Castilla para declarar por tráfico de influencias y corrupción ante el juez Peinado, en medio de otro gran despliegue de seguridad pese a no ostentar ningún cargo público. La primera vez que lo hizo, el pasado día 5, Gómez no declaró aduciendo que ignoraba los cargos que le atribuía en una querella la acusación particular de Hazte Oír. Ayer si se dio por informada de los cargos, pero declinó declarar ante el magistrado. Si declara corre el riesgo de que el juez, si observa contradicciones con su socio Barrabés, ordene un careo entre ambos.