El gol de la mano de Dios… Feijóo

13 de julio de 2023
4 minutos de lectura
Gol de Feijóo en el debate de Antena 3. Fuente: A3
Pedro Sánchez y Feijóo en el debate de Antena 3. Fuente: A3

   Si en el Mundial de México 1986, la selección argentina pasó a la final tras derrotar a Inglaterra con ayuda del “gol de la mano de Dios”, Maradona dixit, en el debate cara a cara del lunes 10 de julio de 2022, el candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, `ganó´ el debate con infracciones de mano flagrantes, jugadas que fueron dadas por buenas, normales, aceptables o que simplemente carecieron de mención por parte de aquellos árbitros (comentaristas) que dieron la victoria a las repetidas manos de Feijóo.

   Otra vez la mentira -más que la imprecisión de algunos datos- volvió a protagonizar unas vísperas electorales, como ya ocurriera el 11 de marzo de 2004 con ocasión de la masacre terrorista de Atocha. Y ahora al disiparse la niebla de guerra de la noche del debate del pasado lunes 11 y el día después, el reflujo o movimiento de descenso de la marea ha empezado a volverse contra el presunto candidato `ganador´ del debate.

    El lunes 10, Pedro Sánchez se metió un gol en propia.

   En eso consistió su falta de capacidad de reacción ante las falsedades de la metralla de un Feijóo sin disimulo. No es que el presidente en funciones no fuera preparado al debate y aunque fuera el caso, lo que exhibió fue una perplejidad de pardillo, casi infantil, y una ausencia total de capacidad de reacción, suplantadas por una risa nerviosa y una gesticulación de barra de bar.  Mucho viaje en Europa de aquí para allá, quizá. Sánchez se presentó como disperso y nulamente centrado.

    Los goles de la mano de Feijóo -infracciones deliberadas- en el terreno político y económico no encontraron respuesta clara de Sánchez.

    Vayamos a la pretendida respuesta estrella de Feijóo: que el PSOE le deje votar si saca el PP obtiene más votos el 23-J. Mucha gente de buena fe cree a Feijóo.

   ¿Por qué eludió el envite Sánchez limitándose a decir que se lo diga a Guillermo Fernández Vara, quién obtuvo más votos en Extremadura y ello no impedirá que gobierne el PP coaligado con Vox?

  Sánchez podía coger el papelucho de Feijóo, leerlo y preguntar si en efecto era la firma de Feijóo. Y entonces decirle: ¿cómo se puede dar esto por bueno cuando yo gané las elecciones en abril de 2019 (mayoría socialista en 15 de las 17 Comunidades Autónomas)  y volví a hacerlo en noviembre de dicho año (ganó en 10 de 17 comunidades) y el PP no se abstuvo? Y completar: ¿cómo dar por bueno esa iniciativa si el PP no lo respeta en Extremadura y en Valladolid ahora mismo?

    Feijóo aludió a Felipe González y su llamado pacto de centralidad. González ha publicado, con fecha del pasado 3 de julio, un artículo en el que afirma que “los pactos de centralidad fortalecen no solo la democracia, sino también el destino de un país. Cuando estos pactos de centralidad desaparecen, el país se debilita, se polariza, pierde fuerza y credibilidad tanto interna como internacionalmente. Y ahí es donde estamos ahora”.   

    Pero ahora ya no se trata de pactar con el PP. Porque el PP está en coalición con Vox en diversas comunidades autónomas y ayuntamientos tras suscribir un programa en el que la ultraderecha ha impuesto casi todas sus condiciones. Y allí donde no está en coalición, como Baleares, la presidenta del PP aplica el programa de Vox, que no ha visto necesario entrar al gobierno para mandar.

    Un pacto de centralidad, pues, entre el PSOE y PP ya ni siquiera sería la semilla de una gran coalición PSOE-PP sino una coalición PP-PSOE-Vox.

     Consultado Óscar Puente, el exalcalde de Valladolid, quien encabezó la lista más votada, y ha sido desplazado por una coalición PP-Vox, sobre el tema de la lista más votada, lo tiene claro.

   “Hay una enorme confusión a esto de la lista más votada. Se confunde la investidura con gobernar.  Una cosa es dejar que alguien tome posesión porque ha sido el más votado y luego otra cosa distinta es dejarle gobernar.  Dejar gobernar a una la fuerza más votada des permitir que apruebe las normas, los presupuestos, las políticas que considere oportunas y eso es inviable desde el punto de vista democrático. No hay que confundir. La toma de posesión equivaldría a confundir la boda con el matrimonio. Una cosa es la boda y otra el matrimonio. Quienes quieren que lleguemos a la boda sin ser conscientes de que después de la boda hay un matrimonio, y el matrimonio es insostenible”.

    Y si queda un punto por mencionar este sería el del Poder Judicial. No explicó a la cara a Feijóo y de millones de ciudadanos que el PP mantiene el secuestro del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) desde 2013, que el PP ha intentado bloquear la renovación también del Tribunal Constitucional y que sus planes, si gana las elecciones, es dejar el Poder Judicial en manos de las asociaciones conservadoras y derogar la ley que impide nombrar a un CGPJ caducado (fue elegido por cinco años y ya lleva diez años) para que vuelvan a elegir a los presidentes de los tribunales superiores de justicia de las comunidades autónomas y a magistrados en el Tribunal Supremo.

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