“Las editoriales pequeñas son muy importantes porque no necesitan gran aparato logístico y esto hace que puedan ser más atrevidas”, señala el gestor cultural y exdirector de Cuadernos Hispanoamericanos, Juan Malpartida
El eje de literatura del festival Celebremos Iberoamérica (CIB Fest), impulsado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), ha puesto de relieve el papel de las pequeñas editoriales para que los escritores puedan arriesgar.
Esta es una de las conclusiones a las que han llegado los participantes de la última jornada del eje de literatura del CIB Fest, que se ha celebrado hasta este jueves en el Instituto Cervantes.
“Las editoriales pequeñas son muy importantes porque no necesitan gran aparato logístico y esto hace que puedan ser más atrevidas. Es muy buena la atomización del mundo editorial”, ha señalado el gestor cultural y exdirector de Cuadernos Hispanoamericanos, Juan Malpartida.
Así lo ha indicado en el marco de una mesa redonda en torno a la premisa ‘El reino de Cervantes, literatura de La Mancha ¿o el lugar del nunca jamás?’. En ella han intervenido Malpartida, junto a la escritora y profesora chilena Lina Meruane, y el antropólogo y ensayista colombiano Carlos Granés, moderados por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Jesús Cano Reyes.
Durante el encuentro, han abordado las condiciones de proximidad y distancia entre latinoamericanos y españoles, en diferentes épocas. En este sentido, Meruane ha destacado que, en el presente, los latinoamericanos, aceptan a España “como un país más de la lengua, por lo tanto, la conversación se ha tornado horizontal (algo que hasta mediados del siglo XX no había existido del todo)”.
Por su parte, Granés ha confesado que le resultaba “desafiante” hacerse una idea general de “lo que está pasando en el idioma”, porque son muchos escritores con lectores dispersos. El lado positivo, según ha añadido, es que “quien finalmente hace ruido sí logra comunicar su propuesta a un amplio conjunto de países y lectores”, aunque siempre lo haga en una relación “mediada por las industrias culturales”.
“Es imposible haber nacido en América Latina en los años 60 y 70 y no tener una marca de agua del ‘Boom'”
Por otro lado, ha tenido lugar una mesa redonda sobre las trampas y las virtudes que se esconden detrás del legado del ‘boom’ latinoamericano. En ella, la periodista cultural, poeta y librera argentina Raquel Garzón ha dialogado con el escritor cubano Eudris Planche Savón, en una conversación moderada por el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid Eduardo Becerra.
Todos han coincidido en destacar el talento de los escritores históricos que impulsaron el realismo mágico, aunque también han manifestado sus reservas por el reduccionismo del estilo, que se concentró en narradores y dejó fuera a la poesía y a las mujeres escritoras.
Planche Savón ha reconocido que él les debe su formación lectora, porque “el boom logró que los creadores iberoamericanos comenzaran a leerse entre ellos”. Garzón, por su parte, ha afirmado que “es imposible haber nacido en los años 60 y 70, en algún lugar de América Latina, y no tener una marca de agua del boom”.
La trampa de Macondo, según han remarcado, consistió en asumir o tener que adaptarse al exotismo que significó el realismo mágico. Sin embargo, esta trampa ya no opera en su generación, según ha asegurado la periodista cultural argentina. Por su parte, Planche Savón ha manifestado su escepticismo ante esta y otras etiquetas –incluidas las actuales, como el ‘gótico andino’ o la ‘nueva literatura de lo paranormal’- porque es el mercado el que “crea un código” que pretende que “se vaya repitiendo”.
Además, Garzón ha remarcado que aquellas obras “fueron escritas en pobreza y en soledad” ya que “las editoriales llegaron después”. “Gracias a ellas se leyó más a Juan Carlos Onetti o a Borges, a la vez que se generaba un cono de sombra enorme”, ha matizado la poeta argentina.
La nota esperanzadora, según Garzón, es el gran momento que se vive actualmente en el terreno literario, que demuestra que muchas cosas han cambiado y que aquellas exclusiones de los años 60 ya no tienen vigencia. “Hay mujeres con estéticas sólidas, singulares y muy distintas, y también hay jóvenes narradores que se animan a citar como sus maestros a Juan Rulfo o a Silvina Ocampo, que leen de todo, traducido o no”, ha aseverado.
Las actividades del festival Celebremos Iberoamérica continuarán este fin de semana con nuevas proyecciones de películas en el Círculo de Bellas Artes.