Se cumplen 75 años del diario de Annelies Marie Frank, mundialmente conocida como Ana Frank, la cual recibió un pequeño cuaderno de cuadros rojos y blancos -que ella misma eligió en una librería- como regalo al cumplir 13 años. En él la adolescente abordaba temáticas como el amor, la discriminación, las desigualdades sociales, la amistad y la familia, así como sus creencias y sentimientos personales.
El mismo día de su cumpleaños, el 12 de junio de 1942, la joven Ana comenzó a escribir su memorias en las páginas del que se convertiría en su gran apoyo: “Espero poder confiártelo todo como aún no lo he podido hacer con nadie, y espero que seas para mí una gran fuente de consuelo y apoyo”.
Pocas semanas después, el 6 de julio de 1942, la familia Frank se escondió de la persecución nazi producida durante la II Guerra Mundial en la parte trasera de la empresa donde trabajaba el padre de Ana, Otto Frank.
El escondite, más conocido como La casa de Atrás y ubicado en el número 263 de Prinsengracht de Ámsterdam, albergó a un total de ocho personas en apenas 50 metros cuadrados: la familia Frank, formada por Edith y Otto junto a sus hijas Margot y Ana Frank, llegó al antiguo laboratorio el 6 de julio de 1942; una semana después se incorporó el matrimonio van Pels, formado por Auguste y Hermann (compañero de trabajo de Otto) y el hijo de ambos Peter van Pels; y cuatro meses más tarde se unió Fritz Pfeffer, amigo de la familia Frank.
Casi dos años y medio duró la estancia de Ana Frank en la casa de atrás. 761 días en los que el miedo, la incertidumbre y la desesperación la inundaron por completo: “¡Si supieras lo horrible que es!”. Especialmente el terror que le producían los aviones, las bombas y los disparos con los que “temblaba como una hoja”, pues “no puedes oír ni tus propias palabras de tanto que truenan los cañones”.
Sin embargo, todo resultaba más llevadero cuando había un resquicio de luz: “A la luz de una vela no parecía tan terrible como cuando todo estaba oscuro”, por eso siempre “le pedía a papá que encendiese la vela”. Junto a la luz de una vela y entre los brazos de su padre Otto, la joven albergaba algo de paz que mitigaba aquellos ruidos ensordecedores e inquietantes. “Casi todas las noches me refugio en la cama de papá para que me consuele. Te parecerá muy infantil”, narraba la adolescente en las páginas de su diario.
El 4 de agosto de 1944 la familia Frank, los van Pels y Fritz Pfeffer fueron arrestados y trasladados, el 2 de septiembre, a varios campos de concentración alemanes. Ana Frank estuvo un mes en Auschwitz II-Birkenau y posteriormente fue enviada a Bergen-Belsen, donde finalmente murió de tifus en marzo de 1945, días antes de la liberación. De los ocho habitantes que permanecieron escondidos en la Casa de Atrás, solo Otto Frank consiguió sobrevivir al Holocausto nazi.
El 25 de junio de 1947, dos años después de concluir la II Guerra Mundial, el padre de Ana Frank publicó el diario de su hija bajo el título ‘La casa de Atrás’ (Het Achterhuis, en neerlandés), cumpliendo así el deseo de ésta: “Después de la guerra quiero publicar un libro con el título La casa de Atrás”, plasmó la joven judía en sus memorias el 11 de mayo de 1944.
El diario de Ana Frank ha sido publicado en más de 70 idiomas y en la actualidad forma parte de las lecturas escolares como un testimonio generacional de la persecución a los judíos llevada a cabo por la Alemania nazi de Adolf Hitler. Un relato que cumple 75 años desde su publicación y cuya lectura resulta imprescindible para sensibilizar a la humanidad.