Visualizo en el telediario que andan sueltas setecientas gallinas en Torrevieja, con sus gallos correspondientes, y que una empresa se ha negado a organizarlas porque incumplirían con la ley animal. Es una delicia verlas coquetas saltar por los jardines y a los gallos, de hermoso copete, cuidando con galanura a sus pollitas para que nadie se haga un buen caldo con ellas, conformándose con el Avecrem, que para eso están las ministras impidiendo cualquier mal modo sobre su plumaje indefenso.
Los parroquianos comentan que, de un tiempo a esta parte, no precisan despertador porque los gallos determinan el tiempo de su sueño y a aquellos que mintieron, como a San Pedro le recuerden lo mal visto que está el cambiar, por conveniencia, tantas veces de criterio.
Los evangelios apócrifos refieren que al apóstol cabeza de la Iglesia le salieron surcos en el lacrimal de tanto como lloró su traición al Maestro… Puestos así, que se prepare nuestro Presidente de Gobierno porque, de reconocer traición, una tras otra, a su programa electoral, le van a salir socavones.
Pedro Villarejo