Entiendo yo que la base de la teología antropológica, que se hace miniatura espléndida en los místicos del siglo XVI, está fundamentada en la dignidad del hombre
Curiosamente, la misma persona que no puede salir a la calle porque le abuchean es la que no permite que pernocte en Madrid a quien aplauden con intensidad y “vivas” cada vez que aparece
Nuestro Presidente de Gobierno tiene últimamente cara de turbación contenida, como si le asaltara esa vieja melancolía que aparece cuando se tiene conciencia irremediable de haberse equivocado. En el rostro que puso cuando fue a visitar el osario de Cuelgamuros, vestido de
Nadie merece ser asesinado por muy asesino que sea. Por eso, las sangres de todas las guerras son nuestras sangres y, lejos de lamentar las consecuencias, lo que debe hacerse es evitarlas. Que luego todo se va en tú tuviste la culpa