Hoy: 23 de noviembre de 2024
El CandilPágina 12
“Confiemos en que no sea verdad nada de lo que sabemos”.
Aunque Tibero murió a los 77 años, Séneca estaba convencido de que lo fueron matando poco a poco con un veneno lento. Claro está que ese veneno lento bien podría haber sido el olvido o el desprecio, la más dolorosa manera de
Por más que busco bondades en los altillos del pensamiento sólo aparecen cascadas de miseria, horizontes oscuros y, como en el Apocalipsis, una muchedumbre cansada viene de soportar la gran tribulación. Ahora me explico por qué los curas de antes insistían en
Descarto otras interpretaciones sobre El FUÉSE Y NO HUBO NADA cervantino ante el túmulo de Felipe II en la catedral de Sevilla. Rescato la explicación más pedagógica basada en la última conversación que tuvo el rey con sus hijos para que descendieran
Habla con mesura y gana con humildad. Luis de la Fuente ha sido el artífice del regalo que España necesitaba para salir unos días de este erial político donde nada florece más que vituperios y amenazas, más que equivocadas maneras de convivir
Debieran estar acongojados los periodistas españoles, y los ciudadanos en general, por esta inminente “ley de mordaza” que se nos va a imponer para que digamos “lo que debe decirse”, tras sufrir la tijera que corta las palabras o tacha, con carboncillo
Es prácticamente unánime el reconocimiento internacional del pleno derecho que España tiene sobre Gibraltar
Ayer escribía en mi candil la cara de esfinge acartonada que se le está poniendo a nuestro Presidente del Gobierno, al que hemos de respetar por encima de todo sin que sea óbice manifestar posibles errores en su conducta o en sus
Las esfinges suelen ser leones reposados con cabeza humana y quietud aparente. Esculpidas alrededor de los templos egipcios, asegura la leyenda que recobran vida por la noche para defender a las divinidades que en las pirámides han sido sepultadas. Nadie, al parecer,
William Ospina escribió un insuperable poema sobre el Coloso de Rodas, destacando que fue engendrado en bronce para que fuese eterno, pero el mar lo deshizo con el mordisco de sus dientes fríos. Y concluye el poeta, al parecer dolido, lamentándose de
