Hoy: 23 de noviembre de 2024
El cambio climático podría estar modificando los patrones convencionales del turismo en España, generando un aumento en el número de turistas internacionales que optan por visitar el norte del país, donde las temperaturas en verano son más moderadas. Este fenómeno, según un artículo publicado por el Banco de España el pasado miércoles sobre la diversificación de los flujos turísticos, está provocando un crecimiento más rápido de las llegadas en invierno en comparación con el verano.
La publicación del Banco de España reconoce que si bien “aún es temprano para sacar conclusiones definitivas”, esta tendencia estaría contribuyendo a reducir la concentración de turistas en las zonas más concurridas durante los meses estivales, mientras que se observa un incremento en la ocupación durante el otoño y el invierno.
Además, el informe señala que el alto índice de seguridad de España, según el World Economic Forum, también representa una ventaja competitiva frente a los destinos del Mediterráneo oriental, especialmente en un contexto de inestabilidad geopolítica en esa región.
Según los datos, los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023 registraron incrementos de turistas extranjeros del 10%, 16% y 25% con respecto a los mismos meses del periodo analizado (2016-2019), antes de la pandemia, mientras que los meses de verano tan solo crecieron un 1%. Durante el primer trimestre de 2024, las llegadas superaron en un 22% a las del mismo trimestre de los años entre 2016 y 2019.
Según destaca el artículo del Banco de España, antes de la pandemia, el turismo internacional era muy concentrado tanto en el tiempo como en el área geográfica tanto de origen como de destino.
Casi la mitad venían en los meses de verano y las comunidades autónomas de Canarias, Baleares, Cataluña y Andalucía aglutinaban casi al 80% de todos los turistas. Además, predominaban los turistas de proximidad, es decir, de estados europeos como Reino Unido, Francia o Alemania.
Esta tendencia ha cambiado en los últimos años, dándose una dinamización de las llegadas de turistas internacionales. Además de venir cada vez más durante el invierno, el número de pernoctaciones de extranjeros en regiones del norte de España han crecido más que en los archipiélagos y el sur.
Las regiones del Cantábrico, Comunidad Foral de Navarra y La Rioja registraron aumentos de más de 26% en 2023 frente a antes de la pandemia, mientras que en Canarias, Baleares y Andalucía decrecieron un 0,5%, 0,1% y 0,2%, respectivamente.
El origen de los turistas también es un punto que ha variado con respecto a los años anteriores a la pandemia. Si antes la mayoría era europea, ahora se está dando un “notable” crecimiento de turistas procedentes de América y, más concretamente, de Estados Unidos, que en 2023 superaron en un 40% los que se recibían en los años anteriores a 2020.
A la par, los turistas de países del entorno han crecido de manera muy moderada, como es el caso de Francia (+5%) o Italia (+14%), mientras que los principales países emisores, Reino Unido y Alemania, presentan descensos del 5%.
También ha aumentado el interés por los hoteles de categoría alta (cuatro y cinco estrellas), lo que va aparejado a un incremento de las plazas ofertadas en este segmento. Esto se traduce en un mayor gasto medio por turista.
Así, según recoge la Encuesta de Ocupación Hotelera, el número de plazas ha aumentado más en aquellos establecimientos de mayor categoría situándose un 10% por encima del nivel promedio de 2016-2019, frente a la caída que han experimentado el resto de las categorías, que aún no habrían recuperado sus niveles previos a la pandemia.
De cara a los próximos años, el artículo señala que no está definido si va a continuar esta tendencia, aunque aún hay “dos márgenes de mejora” adicionales.
Por una parte, el turismo de negocios menos susceptible a la estacionalidad se encontraba en 2023 un 3% por debajo de los niveles previos a la pandemia, según los datos del INE.
Por otro lado, aún hay países emisores que no han recuperado las cifras de prepandemia, como es el caso de Japón, que además presenta un gasto medio por turista más elevado.
Además, la progresiva recuperación de las economías europeas tras la crisis energética y la mejora de las rentas podría ser un factor que dé “soporte adicional a corto y medio plazo”.
Sin embargo, el Banco de España advierte de incertidumbres de cara al futuro, ya que los flujos turísticos dependen de las tensiones geopolíticas y de la economía global.
Además, el sector se enfrenta a retos como la transición energética y al calentamiento global, algo a lo que España está “particularmente expuesto”.