Hoy: 28 de noviembre de 2024
En una destacada intervención durante una sesión de la ONU sobre la cuestión de Oriente Próximo, el observador del Vaticano ante la ONU, el arzobispo Gabriele Caccia, ha abogado fervientemente por la solución de dos Estados para Israel y Palestina, además de promover un estatuto especial para la ciudad de Jerusalén.
El arzobispo Caccia hizo un llamado conjunto a la comunidad internacional y a los líderes de los Estados de Palestina e Israel para que persigan esta solución con renovada determinación, considerando el actual contexto de desesperación y hostilidad generalizada.
En su intervención, el Observador de la Santa Sede condenó enérgicamente el atentado del 7 de octubre contra el pueblo israelí y solicitó la liberación de rehenes en Gaza. También instó a un alto el fuego extendido en todos los frentes para facilitar la distribución de ayuda humanitaria, destacando la “extrema gravedad” de la situación humanitaria en Gaza, que afecta a los inocentes con un “sufrimiento inimaginable”, con más de 20,000 muertos y casi dos millones de desplazados.
El arzobispo lamentó la utilización con fines militares de hospitales, escuelas y lugares de culto en Gaza, instando a evitar que toda una población pague las consecuencias de actos atroces de terrorismo. Hizo hincapié en que las acciones emprendidas en legítima defensa deben guiarse por los principios de distinción y proporcionalidad, respetando el derecho internacional humanitario.
Caccia llamó a la comunidad internacional a esforzarse en “defender y aplicar el derecho humanitario” como la única forma de garantizar la defensa de la dignidad humana en situaciones de guerra.
Con una historia diplomática sólida, la Santa Sede mantiene relaciones con Palestina desde antes de 1948, y en 2016, firmó un acuerdo integral con el Estado de Palestina, dejando de mantener relaciones diplomáticas con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Este gesto, respaldado por el Papa Francisco, ha sido objeto de rechazo por parte de Israel, quien teme que afecte negativamente los intentos de restablecer conversaciones directas de paz.