Hoy: 29 de diciembre de 2024
Un equipo de investigación de las universidades de Jaén y Granada ha corroborado que el aceite de oliva virgen extra (AOVE) desempeña un papel regulador en las funciones de las bacterias intestinales, tanto de un mismo género como de especies semejantes.
Específicamente, se establece un equilibrio entre cepas muy cercanas, promoviendo una menor resistencia a antibióticos y la producción reducida de compuestos tóxicos durante la digestión, según informó la Fundación Descubre este martes.
El conocimiento de cómo se comportan las bacterias en función de la dieta a la que están expuestas contribuye a una regulación más efectiva para prevenir problemas digestivos. Es decir, obtener simultáneamente el DNI y la vida laboral de cada individuo que habita el intestino permitirá el desarrollo de tratamientos más eficaces para el control de la microbiota.
En el artículo Intestinal microbiota modulation at the strain level by the olive oil polyphenols in the diet, publicado en la revista Frontiers in nutrition, los expertos detallan por primera vez la respuesta genética y el funcionamiento de 75 cepas de Enterococcus ante diversas grasas, destacando el papel prebiótico del aceite de oliva virgen extra.
Los enterococos, bacterias intestinales con una notable capacidad de supervivencia y utilizadas en probióticos y fermentaciones de alimentos, fueron el foco del estudio. Se encontró que las cepas alimentadas con AOVE mostraron menor resistencia a los antibióticos, una tendencia reducida a presentar factores de virulencia y no participaron en la dinámica del resto de aislados para producir más aminas biógenas con el tiempo.
El estudio, que se llevó a cabo aislando 75 cepas de enterococos de heces de doce ratones alimentados con cuatro dietas diferentes durante doce semanas, reveló una diferencia significativa entre la dieta estándar y el AOVE, con menor resistencia, en comparación con las dietas de aceite de oliva refinado y mantequilla, esta última alcanzando un 80 por ciento de resistencia. Esto indica que estas dietas ricas en grasas pueden provocar que las bacterias no respondan adecuadamente a ciertos tratamientos, aumentando el riesgo de infecciones.
Los investigadores continúan sus estudios para relacionar la capacidad moduladora de la dieta en la microbiota intestinal con el objetivo de construir un mapa completo de las bacterias que la componen, definir su perfil genético y determinar su funcionamiento exacto en el organismo. Este trabajo ha sido financiado por el proyecto de excelencia ‘Estudio de la influencia del aceite de oliva sobre la microbiota del tracto gastrointestinal (murino) y sus consecuencias fisiológicas’ de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y el proyecto PP2015/08/08 de la Universidad de Jaén.