Hoy: 22 de noviembre de 2024
Cuando 2023 está a punto de acabar bien podríamos decir que ha sido el ‘año de las luces’. Pero no por la analogía con aquel periodo del siglo XVIII llamado ‘de las luces’ o de la Ilustración. Nada de eso. Sería más apropiado hablar del ‘año de las luces… rojas’.
Y es que este Gobierno presidido por un narcisista adicto al poder, Pedro Sánchez, se ha pasado semanas y meses urdiendo un plan para mantenerse en el poder a cualquier precio que ha terminado, incluso, poniendo en jaque la separación de poderes que consagra la Constitución.
Cuando hacia 1680 arrancaba ese movimiento movido por la confluencia de corrientes intelectuales basadas en la razón, los métodos científicos, la propagación del saber y la modernización de la sociedad que lo caracterizan, se estaban sentando las bases de la recuperación de la economía, el restablecimiento del orden en las finanzas públicas y el interés que los novatores manifestaron por la evolución de las ideas, desde Galileo hasta Newton.
En el plano político los Borbones aprovechan las circunstancias para unificar una España que se vería reducida después a sus posesiones peninsulares y a su Imperio colonial, de manera que es efectivamente a partir del siglo XVIII cuando se puede hablar realmente de España y ya no de una yuxtaposición de reinos. A todos los niveles se observa una mayor homogeneidad y hasta el sentimiento de pertenecer a una comunidad nacional, sentimiento perfectamente compatible con un fuerte patriotismo regional (sic Wikipedia).
Un tiempo después, cuando las elecciones generales desataron la tormenta en junio de este 2023, arrancaba otro movimiento bien distinto que, para que engañarnos, no supone la confluencia de corrientes intelectuales, sino más bien la de intereses políticos y personalismos que buscan la desintegración de la España actual en territorios independientes.
Curiosamente también en este tiempo está por medio un Borbón, el rey Felipe VI, que se desgañita clamando en el desierto las bondades de la Constitución de 1978 que ha dado más estabilidad democrática en la historia de este país, pero los hay que se han propuesto la República como modelo de gobierno y hablan de la Corona como algo del pasado.
En el XVIII las luces iluminaron a las clases dominantes de la sociedad española, pero ahora se han convertido en señales luminosas que parpadean la alerta ante el comportamiento de un presidente que ha llegado al poder desde la mentira, prometiendo en la campaña electoral justo lo contrario de lo que ha hecho después.
Su ley de amnistía para los condenados por el golpe de estado en Cataluña con un mediador internacional (un experto en guerrillas), su generosa entrega de fondos multimillonarios a las arcas catalanas, la promesa oculta de facilitar un referéndum de independencia a Cataluña y País Vasco, la humillante postración de España a los pies de un prófugo como Puigdemont, entregar a jueces con nombre y apellidos a los separatistas que los acusan de actuar contra los intereses del procés o, por citar lo último, entregarle la alcaldía de Pamplona a los herederos del terrorismo etarra, es decir Bildu, son parte del ‘año de las luces… rojas’ que ha encendido el actual Gobierno de un PSOE irreconocible.
Cuando las futuras generaciones estudien este tiempo me pregunto qué sociedad española tendrán entonces.
Será la historia la que perfile bien este tiempo sin luces y sin ilustración que se cierra con todas las alarmas encendidas, y la que enjuicie a los protagonistas y a sus actos. Quizás sea demasiado tarde, pero la historia es así, la lectura tardía de la realidad.