Hoy: 5 de diciembre de 2024
Dominique Pelicot, conocido como el Monstruo de Aviñón y acusado de drogar a su esposa durante al menos una década para que decenas de hombres la violarán en su hogar, ha admitido los hechos. “Soy un violador, igual que todos los presentes en la sala“, ha declarado, en referencia a los otros acusados en el mismo juicio.
Tras ausentarse en repetidas ocasiones del juicio en su contra por motivos de salud, el principal acusado, de 71 años, ha testificado por fin durante la jornada de hoy ante el tribunal de Vaucluse, en el sureste de Francia. Su abogada, Béatrice Zavarro, ha señalado que su cliente lleva más de una semana sufriendo problemas urinarios, una afección que le ha impedido declarar previamente.
A pesar de que el juez Roger Arata ha confirmado que Pelicot ha estado sufriendo de una piedra en el riñón y una infección de orina, el juicio se ha reanudado después de que los médicos hayan considerado que es “apto para acudir al tribunal”.
Así, Pelicot ha mostrado arrepentimiento y ha dicho “no culpar” a su mujer por “absolutamente nada”. “Era muy feliz con ella, era todo lo contrario a mi madre”, ha dicho, llorando. “Nunca he tocado a mis hijos ni a mis nietos. Soy un violador, como todos los demás en esta sala. Lo sabían todo, no pueden decir lo contrario. Ella no se merecía esto, lo admito“, ha aseverado, según declaraciones recogidas por la cadena de televisión francesa BFM TV.
El lunes, cuando Pelicot se negó a abandonar su celda, el juez ordenó a dos médicos que certificaran su estado de salud. Posteriormente, su abogada afirmó que podría acudir este martes al juzgado siempre y cuando “las vistas no sean demasiado largas” y haya “descansos” estipulados.
Así, ha pedido perdón, a pesar de “saber que es imperdonable”. “Soy culpable de lo que hice. (…) Me arrepiento y pido perdón”, ha aseverado, mientras que Gisèle ha expresado que es “muy difícil” escuchar sus declaraciones. “He vivido 50 años con un hombre que no imaginé en ningún momento que podría hacer algo así. Confiaba en él completamente”, ha lamentado.
Al ser preguntado por los vídeos que grabó mientras su mujer era violada por los hombres que invitaba a casa, Pelicot ha señalado que aunque “sentía placer, en parte”, se trata también de “una perversión”, que sirve ahora para “identificar a todos aquellos que participaron” y que ahora lo acusan de “manipulación”.