Hoy: 23 de noviembre de 2024
Un nuevo estudio ha examinado la conexión entre el cerebro y el dolor. La investigación tiene como objetivo proporcionar respuestas clave para aliviar el dolor de espalda crónico, según publicaron los investigadores en la revista ‘JAMA Network Open’.
Durante la investigación, se analizaron las atribuciones del dolor, y las creencias de las personas sobre las causas del mismo. “Millones de personas sufren dolor crónico y muchas no han encontrado la forma de aliviarlo, lo que deja claro que falta algo en la forma en que diagnosticamos”, afirmó Yoni Ashar, primer autor de la investigación.
Ashar y su equipo comprobaron si la relación del dolor con la mente o los procesos cerebrales estaba asociada al alivio del dolor en la Terapia de Reprocesamiento del Dolor (TRD). Este tipo de terapia enseña a las personas a percibir las señales de dolor enviadas al cerebro como menos amenazadoras.
Durante la investigación, se analizaron las técnicas de cada persona para recuperarse del dolor. El estudio reveló que, tras la TRD, los pacientes manifiestan una reducción de la intensidad del dolor de espalda. “Nuestro estudio demuestra que hablar de las atribuciones del dolor con los pacientes y ayudarles a entender que el dolor suele estar ‘en el cerebro’ puede ayudar a reducirlo”, destaca Ashar.
Para estudiar los efectos de las atribuciones del dolor, inscribieron a más de 150 adultos con dolor de espalda crónico moderadamente intenso en un ensayo para recibir la TRD. Descubrieron que dos tercios de las personas tratadas con este tratamiento, declararon no tener dolor o casi no tenerlo después del tratamiento. En comparación con sólo el 20% de los controles con placebo. “Este estudio es de vital importancia porque las atribuciones de dolor de los pacientes suelen ser inexactas. Descubrimos que muy pocas personas creían que su cerebro tenía algo que ver con su dolor” añadió el autor.
Antes del tratamiento TRD, sólo el 10% de las atribuciones de los participantes estaban relacionadas con la mente o el cerebro. Sin embargo, después de la TRD, el porcentaje aumentó hasta el 51%. El estudio reveló que cuanto más consideran los participantes que su dolor se debe a procesos mentales, mayor se reduce la intensidad del dolor crónico que padecen.