La Asamblea General de las Naciones Unidas designó en 1990 el 1 de octubre como Día Internacional de las Personas de Edad. Esta conmemoración debe tener entre sus objetivos fomentar una comunicación eficaz y fluida con nuestros mayores, ya que ello contribuye a mejorar su calidad de vida, reforzar los afectos, acompañarles, renovar ilusiones y proyectos, y paliar la soledad o la falta de empatía que a menudo generan desencanto. Los mayores son portadores de experiencia y sabiduría que deben transmitirse a las nuevas generaciones.
Según Naciones Unidas, el número de personas mayores de 60 años se ha duplicado en las últimas tres décadas; de 541 millones en 1995 a 1.200 millones en 2025. Además, se prevé que alcance los 2.100 millones en 2050, y para 2080 las personas mayores de 65 años superarán en número a los menores de 18.
Julio García Gómez, director de comunicación de la Fundación Casaverde, propone un decálogo de buenas prácticas para favorecer un diálogo enriquecedor con las personas mayores:
1. Escucha activa: saber escuchar con paciencia y esmero lo que nos pretenden decir, las ideas que nos transmiten y los consejos que nos quieren dar.
2. Dialogar de manera pausada para que puedan captar de manera correcta nuestros mensajes. No debemos acelerarnos en el ritmo de la conversación.
3. Vocalizar adecuadamente pronunciando bien las palabras, y articulando adecuadamente cada sílaba que compone una palabra.
4. Elevar el tono de voz al volumen que pueda necesitar el mayor si tiene dificultad auditiva.
5. Repetir en el contexto de la conversación la misma idea que queremos transmitir para que pueda captar los titulares esenciales de la charla.
6. Lenguaje no verbal: manejar con soltura el lenguaje gestual del cuerpo, el rostro, la mirada y las manos para apoyar y potenciar el lenguaje verbal de manera gráfica y visual.
7. Practicar juegos de expresión oral como pronunciar una palabra y utilizar a la vez un par de sinónimos con el fin de captar mejor su atención.
8. Hablar con cariño y respeto en un tono de familiaridad y cercanía que será beneficioso para conseguir que el mayor se sienta cómodo y feliz de estar compartiendo el diálogo con el resto de personas del entorno familiar o social.
9. Antes de hablar con nuestros mayores planificar bien la conversación: qué quiero decir y cómo se lo quiero decir.
10. Unidad de conversación focalizada en que no se mezclen temas dispares, para así centrar bien la atención del mayor y que no esté obligado a recordar otras ideas que hemos introducido en la conversación; que no se pierda en el contexto general y sea más cómodo y terapéutico el diálogo.
Estos elementos de comunicación interpersonal resultan esenciales para fortalecer la relación con las personas mayores, favorecer su bienestar y contribuir a que disfruten de la mayor calidad de vida posible.