Hoy: 23 de diciembre de 2024
Un reciente estudio de Stanford Medicine, liderado por investigadores de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, revela que los órganos envejecen a ritmos distintos, y este fenómeno puede tener consecuencias graves para la salud.
Publicado en la revista Nature, el estudio indica que aproximadamente 1 de cada 5 adultos mayores de 50 años, aparentemente sanos, posee al menos un órgano que envejece de manera acelerada, lo que aumenta significativamente el riesgo de enfermedades y mortalidad asociadas a ese órgano específico.
La buena noticia es que un análisis de sangre podría identificar qué órganos envejecen rápidamente en una persona, lo que permite intervenciones terapéuticas antes de que aparezcan síntomas clínicos.
El estudio va más allá al proporcionar cifras distintas para 11 órganos clave, lo que incluye al corazón, pulmón, hígado y cerebro. Descubre que el 18.4% de las personas mayores de 50 años tiene al menos uno de ellos envejeciendo más rápido que la media, y aumenta el riesgo de enfermedades en ese órgano en los próximos 15 años.
Los investigadores utilizaron tecnologías disponibles y un algoritmo propio para analizar miles de proteínas en la sangre. Descubrieron que ciertas proteínas específicas de cada órgano se correlacionaban con el envejecimiento acelerado, la susceptibilidad a enfermedades y la mortalidad.
El estudio revela que tener un órgano con envejecimiento acelerado aumenta el riesgo de mortalidad entre un 15% y un 50% en los próximos 15 años, dependiendo del órgano afectado. Por ejemplo, un corazón envejecido aceleradamente aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca en 2.5 veces.
Los investigadores sugieren que replicar estos hallazgos en una muestra más amplia de la población permitiría identificar órganos que envejecen rápidamente en personas aparentemente sanas, lo que facilita intervenciones preventivas antes de que se desarrollen enfermedades.
Además, identificar proteínas específicas de cada órgano relacionadas con el envejecimiento excesivo podría abrir nuevas vías para el desarrollo de fármacos dirigidos, según el autor principal del estudio, el Dr. Tony Wyss-Coray.
Como resultado de estos hallazgos, los autores del estudio han fundado Teal Omics Inc, una empresa que explora la comercialización de sus descubrimientos. La Universidad de Stanford ha presentado una solicitud de patente relacionada con este trabajo.