Hoy: 21 de diciembre de 2024
“La falla de la reforma carcelaria consiste en que casi siempre se ocupa de la cárcel y casi nunca del preso. La reforma carcelaria procede como el crítico miope que frente al cuadro de Goya se conmueve con el sofá y se olvida de la maja desnuda.”
–Jesús Zárate. “La cárcel” Premio Editorial Planeta 1972
Hemos visto, en capítulos anteriores, cómo se distribuye la responsabilidad de los abusos y violaciones de Derechos que suceden en nuestras cárceles. Los primeros y más directos responsables son nuestros “carceleros”, y utilizo este término y lo entrecomillo por lo que diré más adelante.
En segundo lugar, hemos comentado como los Jueces de Vigilancia Penitenciaria, que tienen la encomienda legal de la defensa de esos derechos contra los abusos de la administración, (de nuestros “carceleros”), pasan olímpicamente de realizar sus funciones y dan por sentado que el preso quejoso miente, exagera y se queja sin motivo. (Pan y agua y una mazmorra húmeda y sombría es lo que se merecen los presos) y que la palabra de los funcionarios va a misa y se queda corta en sus mentiras.
También hemos hablado de cómo nuestra sociedad pasa de nosotros. Les da igual lo que ocurra dentro de la cárcel. ¡Se lo merecen! Aunque se viole la ley día sí, día también. ¡Los presos no tienen derechos! Una vez estás dentro, eres un delincuente, un paria, un desecho social. ¡Que se pudra en la cárcel! Hasta que les toca a ellos.
Nuestros políticos, más de lo mismo. Si es el enemigo el condenado: ¡estaba claro, es un delincuente y no tiene ninguna credibilidad! Si es de los suyos, amiguete o tienen miedo de que tire de la manta: ¡Es un error judicial! ¡El indulto es hacer justicia! Etc., etc. El caso es que sus amiguetes no pisan la cárcel, ni tan siquiera la cochiquera esa a la que llaman calabozos.
Pero después de leer el artículo de Miren Edurne Portela Camino, publicado en el Diario Vasco del domingo día 15 de diciembre titulado “Cárcel dentro de cárcel” veo que esto, que el intento de justificación de los abusos y violaciones de Derechos de los presos, llega mucho más lejos y salpica también a los doctrinarios y seudo expertos en Derecho Penitenciario.
Básicamente, dice Dña. Edurne Portela, Licenciada en Historia por la Universidad de Navarra, escritora y con un currículo impresionante, que, al adjetivar, al llamar a nuestros funcionarios de prisiones “carceleros” es ponerles una diana en la nuca para que la banda terrorista ETA actúe contra ellos. Algo que se hizo en época no muy lejana.
Olvida Dña. Edurne que el renombrar a los carceleros como funcionarios de prisiones o como ahora los quieren llamar en el País Vasco: Cuerpo de Ayudantes en Ejecución Penal de la Administración Penitenciaria, no implica que dejen de ser lo que
son: carceleros, y que dejen de realizar las funciones que antes realizaban: abrir y cerrar puertas, pulsar botones, abusar de sus estatus y violar los derechos de los presos de manera continuada.
Si leemos las Bases para la implantación del Modelo Penitenciario en Euskadi, vemos que el Centro penitenciario de Araba no tiene “celdas” sino “habitaciones”. Por el hecho de renombrar a las cosas no van a cambiar si no hay una reforma en profundidad. Los carceleros seguirán siendo carceleros se les llame como se les llame. Habrá personas buenas y las habrá malas. Habrá carceleros que tengan un poquito de humanidad y los habrá que son unos verdaderos hijos de la gran puta. Y una celda será una celda, por mucho que se le llame “habitación.
La cárcel será cárcel, aunque la llamen “centro penitenciario”, el preso, el reo seguirá siendo el preso o el reo aunque le llamen “interno”, la tarjeta del economato seguirá siendo la “catumba” por mucho que quieran llamarla de otra manera. El renombrar las cosas no las cambia, tan sólo hace que los políticos de turno se adueñen de dicho cambio, se apunten un tanto dándole bombo y platillo al cambio de nombre, pero que deja las cosas como estaban.
Habla, Dña. Edurne Portela, del documental titulado “La prisión de la que nadie escapó” de Maite Ibáñez, emitida por EITB, en la que varios funcionarios de prisiones hablan de los difíciles años que pasaron en los tiempos de ETA, de las amenazas, de los amigos y compañeros caídos, de la angustia, del miedo, etc. Y hablan también personas que ella denomina “expertos”: Manuela Carmena, Jueza de Vigilancia; Mercedes Gallizo, directora de IIPP 2004-2011; Jaime Tapia, Juez y asesor penitenciario del Gobierno Vasco y José Ramón Intxaurbe, investigador del Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe de la Universidad de Deusto.
¿Expertos? ¿En qué? En decir cómo deberían de ser las cosas dentro de una cárcel, pero no son expertos en decir, en denunciar cómo son de verdad las cosas dentro de las cárceles. Saben mucho de la teoría, de las leyes, de los Tratados Internacionales, pero no saben nada de lo que es la cárcel, del día a día, de los abusos, de las violaciones continuas de derechos. Por muy jueza que haya sido Manuela Carmena durante muchos años (Y era de las buenas) por muchos 30 años que lleve Ruth Alonso en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria del País Vasco, no tienen ni idea de lo que sucede en las cárceles de su jurisdicción, o lo que es peor, lo saben y ni hacen nada.
Si quieres llamar a un experto en las cárceles, llama a un preso. En el Curso de Verano de la UPV “Humanizar la prisión. Esperanza y reto para el modelo penitenciario vasco” no habló ningún experto. Vinieron jueces, profesores de universidad, políticos, etc. Pero ningún experto. En el I Congreso de Derecho Penitenciario del País Vasco, no habló ningún experto. Vinieron políticos, jueces, profesores de universidad, pero ningún experto en cárceles.
En los artículos que escriba, Dña Edurne, referentes a la cárcel, procure hablar con algún preso, y le dirá porqué secuestraron y metieron en un zulo inmundo a Ortega Lara, procure informarse de cómo son las cosas en las cárceles y escuche a las dos partes, no sólo a los carceleros, también a los presos.
ALFONSO PAZOS FERNÁNDEZ
Preso Nº 2016005913