Hoy: 21 de diciembre de 2024
“Un verdadero jefe debe servir a la obra y a su cofradía, pilotar la nave y manejar el gobernalle sin desfallecer; debe mostrarse grande en su función como un pozo rico en agua fresca y benefactora. Aquel que autoriza al ignorante o al imbécil a efectuar un trabajo para el que es incompetente no merecería gobernar. La misma sanción caería sobre el jefe de equipo que se comportara como un tirano y se concediera privilegios a sí mismo.”
Cristian Jacq “La mujer sabia”
En este sexto capítulo de la serie titulada “De los Señores feudales” (En relación con nuestros carceleros) me toca hablar sobre cómo funciona la empresa que gestiona el trabajo en la cárcel, esto es la Entidad de Derecho Público Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (TPFE).
Todo preso que tenga la buena suerte de poder trabajar dentro de la cárcel está contratado por esta empresa pública dependiente de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Y digo que tenga la suerte de trabajar en la cárcel, porque de los 50.000 presos que hay hoy en día en nuestros “trullos” tendrán trabajo unos 15.000 como mucho.
¡Ya sé! ¿Cómo van a tener trabajo los presos habiendo tanto paro en la calle? Pregunta que llevan haciéndose nuestros ciudadanos de pro desde que en las cárceles se trabaja, esto es desde siempre. ¿Que si competencia desleal! ¡Que si quitan el trabajo a las personas de bien! Etc., etc.
A nadie le importa, y menos a los perroflautas de Podemos, incluida nuestra amantísima vicepresidenta y ministra de Trabajo, que los presos que trabajan dentro de las cárceles españolas no cobren ni el salario mínimo interprofesional, que se les haga trabajar en jornadas maratonianas sin derecho a réplica, que se les pueda despedir por motivos espurios y ajenos a la relación laboral. Ni a los perroflautas ni a nadie de esta sociedad hipócrita y rellena de falsa moralidad.
Pero no creo que les haga tanta gracia a nuestros ciudadanos de pro que exista una empresa pública que defrauda a la Seguridad Social. ¡Sí! A la mismísima Seguridad Social. Y aquí es donde debemos hacer mención al doble rasero que utiliza la fiscalía y nuestros gobiernos para rematar la faena con los “defraudadores”, tanto de Hacienda como de la Seguridad Social.
Vemos como se negocian reducciones de penas que no tienen cabida en nuestro ordenamiento, como por ejemplo a Shakira, a la que le pedía 23 años de prisión y se lo dejaron en 3, previo pago de una multa de 7.3 millones y devolver lo defraudado, esto es otros 14 millones. Y como con una pena de tres años tenía que entrar en prisión, cambió un año de encierro por el pago de 432.000 euros. ¡A la cárcel van los robagallinas!
Y así podemos hablar de Lola Flores, de su hija Lolita, de Paz Vega, de Leo Messi, de Sergio Ramos, de Cristiano Ronaldo, de Patricia Conde, de Ana Duato e Imanol Arias, de Javier Bardem, de Bibiana Fernández, etc., etc.
De los que no oiremos hablar es del ya fallecido Emilio Botín, el cual salió retratado en la lista “Falciani” con más de 2.500 millones en Suiza y que pudo solventar con el pago de unos miserables 200 millones de multa, pero claro, era el banquero del gobierno y del Estado, o a Rafa Nadal que pactó con la hacienda foral de Guipúzcoa un pago fijo en su declaración de la renta, ahorrándose unos cuantos millones, pero claro pactó con el PNV, socios de nuestro maravilloso gobierno.
Tampoco oiremos hablar de las empresas estatales que se ahorran el pago a la seguridad social de cientos de millones, mientras que a los pequeños empresarios se les exige el pago puntual de sus impuestos y cotizaciones con la amenaza de unos intereses usurarios en caso de retrasarse. Así que aprovechando que ya lo tengo escrito, os transcribo unos párrafos de mi libro “El inocente asesino” donde explico como funciona el Organismo autónomo de TPFE:
― ¡No! ¡Tú no! Además, a ti no te lo darían nunca. A ti no te contratarían jamás en esta cárcel.
― En eso llevas toda la razón. Saben que, si lo hacen, los jodo bien jodidos –dijo el abogado con una sonrisa en los labios.
― Lo tienes muy claro eso de que los jodes bien jodidos. Ya sabes que esta gente está blindada. Todo lo que hacen se tapa. Roban con la comida. Roban con el economato. Roban con el demandadero. Con las tarjetas de telefónica.
Utilizan la cuenta de peculio para sus chanchullos, como ese funcionario que cobra el sueldo por ahí para que no se lo embarguen. Como está a nombre de la cárcel, como es una cuenta corriente a nombre de una administración del Estado, nadie la puede tocar.
Cobran dinero de los capos de la droga por todo tipo de productos y servicios: teléfonos móviles, celdas individuales con muebles de Ikea, comida de catering, vis a vis con prostitutas. Y nada de eso sale en ningún programa de televisión –dije yo.
― Sí. Tienes razón. Están blindados. Todo eso no sale en los medios porque nosotros, los presos, no le importamos a nadie. Pero ten en cuenta una cosa. Si la cuestión fuera tan solo que nos estafan y nos roban a nosotros, a los presos, nadie se va a molestar en hablar, en denunciar. ¡Que se jodan! ¡Que viven de puta madre en la cárcel! Como dice Antonio Recio, el pescadero cabrón: “no van a tener los mismos derechos laborales los presos que las personas normales”.
Eso no le importa a nadie. Para la gente de la calle no tiene ninguna importancia. Para los periodistas no es noticia. El hecho de que os tengan contratados a media jornada y que os hagan trabajar a jornada completa y más, eso no le importa a nadie. Ni tan siquiera a los jueces.
Pero también están estafando a la Seguridad Social. Y, tal y como están ahora las cosas con la caja de las pensiones, la cuestión se miraría de otra forma.
Por ejemplo, un contrato a media jornada que tienes tú, te hacen trabajar la jornada completa o más, supone 325 euros que el preso no cobra, lo cual no le importa una mierda a nadie, pero también suponen 100 euros que no se ingresan a la Seguridad Social. Y eso sin contar las horas extras, que tampoco se cotizan. Así, a bote pronto y tirando por lo bajo, entre unas cosas y otras, esta cárcel, que es de las pequeñas, se ahorra unos 20.000 euros en salarios y eso supone unos 7.000 euros de fraude a la Seguridad Social al mes. Multiplica por las 85 cárceles que tenemos en España, y algunas tres o cuatro veces más grandes que esta.
El fraude a la Seguridad Social es delito a partir de 120.000 euros al año y el Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo, empresa pública, centraliza a todos los trabajadores de todas las cárceles de España.
― Lo tienes todo bien estudiado, abogado –dije yo rascándome la cabeza y dándole vueltas a lo que había escuchado.
― Sí. Pero para joderles bien hace falta que alguien testifique que trabaja a jornada completa estando contratado a media jornada. Y nadie está dispuesto a jugarse el destino, los permisos o el Tercer Grado y una cunda a otra cárcel por joderles a estos hijos de la gran puta.
― Salvo tú –solté yo.
― Supongo que habrá alguien más. Ya los encontraré cuando salga. Siempre hay personas que prefieren tener dignidad antes que una pronta libertad conseguida a base de humillarse.
ALFONSO PAZOS FERNÁNDEZ
Cobran dinero de los capos de la droga por todo tipo de productos y servicios: teléfonos móviles, celdas individuales con muebles de Ikea, comida de catering, vis a vis con prostitutas. Y nada de eso sale en ningún programa de televisión..
Escandaloso todo!!!!!!! felicidades señor Pazos.
Las cárceles son agujeros negros donde se vulneran derechos básicos.
Bonito texto. El señor Pazos te transporta a lo que cuenta.