El Grupo de Tratamiento de Tumores Digestivos (TTD) ha resaltado la importancia de conocer los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer colorrectal, como la obesidad y el sedentarismo. En el marco del Día Mundial contra el Cáncer Colorrectal, los especialistas han subrayado que un estilo de vida poco saludable favorece la aparición de estos tumores digestivos, mientras que mantener un peso adecuado desde edades tempranas puede reducir el riesgo de desarrollar adenomas colorrectales.
Los tumores digestivos son la principal causa de cáncer y mortalidad en España. De acuerdo con la Sociedad Española de Oncología Médica, se estima que en 2025 los cánceres de colon y recto serán los más diagnosticados en el país, con 44.573 nuevos casos. Ante este panorama, los oncólogos insisten en la necesidad de concienciar sobre los factores de riesgo y la prevención de la enfermedad.
Entre los principales factores de riesgo se encuentran la obesidad, la inactividad física y una alimentación no saludable, caracterizada por un bajo consumo de frutas y verduras y un alto consumo de alimentos ultraprocesados e hipercalóricos. Además, el tabaco y el alcohol tienen una alta incidencia en la aparición del cáncer colorrectal, así como en otros tipos de cáncer digestivo, como los de estómago, esófago, hígado, vesícula y páncreas.
A través de la campaña #SospechososHabituales, los oncólogos del TTD buscan sensibilizar sobre la importancia de adoptar hábitos saludables. “Es un cáncer muy prevenible. Tiene mucha relación con hábitos de vida, con la dieta, con el ejercicio físico, con la obesidad y el tabaco”, afirma Fernando Rivera, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander y presidente del Grupo TTD.
Por su parte, Ruth Vera, jefa del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Navarra y vicepresidenta del TTD, destaca la relevancia de la prevención. “El 40 por ciento de todos los tumores son evitables adoptando hábitos de vida saludables. Solo el hábito tabáquico es responsable de más del 30 por ciento de los cánceres”, señala. Añade que el alcohol, el sobrepeso y el sedentarismo también influyen en el desarrollo de diversos tipos de cáncer, y su prevención tendría un impacto significativo en la incidencia de la enfermedad.
Vera también enfatiza la necesidad de educar sobre estos hábitos desde edades tempranas. “Lo más recomendable es realizar la educación en edades tempranas. Es difícil cambiar los hábitos cuando están muy arraigados”, subraya. La concienciación sobre la importancia del ejercicio físico y los efectos nocivos del tabaco y el alcohol debería iniciarse en la infancia y mantenerse a lo largo del tiempo para lograr un impacto real.
En la misma línea, Elena Élez, oncóloga médica del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona y miembro de la junta del TTD, resalta los beneficios de un estilo de vida saludable en la recuperación de los pacientes. “Adoptar hábitos saludables no solo fortalece la capacidad de los pacientes para superar un cáncer desde un punto de vista físico, sino que también mejora su bienestar psicológico y su resiliencia”, afirma.