Más de la mitad de los adultos españoles convive con una enfermedad crónica, pero lejos de pintarse un panorama catastrófico, la mayoría sigue considerando que su estado de salud es bueno o incluso muy bueno. Así lo revela la Encuesta de Salud de España 2023, un amplio estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Sanidad basado en más de 24.000 entrevistas.
Los datos arrojan una doble realidad: el 57,7 % de la población de 15 años o más declara padecer alguna dolencia crónica —especialmente hipertensión, dolor lumbar y colesterol elevado—, con una mayor prevalencia entre las mujeres. En los menores, los problemas más comunes son la alergia, el asma y los trastornos de conducta.
Sin embargo, el 74 % de los encuestados valora su salud como positiva, una percepción que ha mejorado sostenidamente desde 1987, incluso entre los mayores de 75 años. “A pesar del envejecimiento, vivimos más años y con mejor calidad de vida”, subraya Sanidad.
La salud mental sigue siendo un reto: casi un 30 % de los adultos presenta síntomas depresivos, con especial incidencia en mujeres y personas mayores. En lo físico, la obesidad y el sobrepeso afectan al 62 % de los hombres y al 48 % de las mujeres, cifras que muestran una estabilización reciente pero aún lejos de niveles saludables, según una información publicada en Europa Press.
Las tendencias en estilo de vida reflejan algunos avances. El porcentaje de fumadores diarios ha bajado al 16,6 %, y el sedentarismo en el tiempo libre disminuye lentamente. En contraste, crece el consumo semanal de alcohol (31 %), con un 7,7 % de la población practicando lo que el estudio denomina “consumo intensivo”.
En conjunto, el retrato de la salud en España mezcla luces y sombras: más enfermedades, pero también más herramientas, conciencia y esperanza para enfrentarlas. Una radiografía que confirma lo evidente: vivir más no basta, también importa cómo se vive.