Es natural que en primavera se descarguen los amores ofreciendo laureles y rosas a los que tanto quisimos. Esa puede ser razón suficiente para que nuestro Presidente de Gobierno haya homenajeado en Vietnan a Ho Chi Minh, que fue un dictador de los buenos, tanto que, de haber sido sepultado en el Valle de los Caídos, a él nunca se le hubiese ocurrido resignificar el sagrado sitio de su reposo.
La coherencia y la verdad son la cartografía que los demás usan para saber quiénes somos. Escribe con serenidad Álvaro Valverde que “las arrugas que cruzan por tu cara son la líneas del mapa de tu vida”… Hay arrugas en algunos que son surcos irremediables adonde nunca libarán las mariposas.
Aquellos que, conscientemente, hayan asesinado a sangre fría no merecen ni visitas ni recuerdos. Porque la crueldad es contagiosa, aun blindada por el cristal de la muerte. Dios empleará su misericordia para tanta vileza; nosotros, en cambio, tratando de seguir sus bondades, intentamos no ir más allá del absoluto desprecio.
Pedro Villarejo
Puede que ese pensamiento sobre las arrugas sea el acertado, pero conozco otras expresiones
mas acordes, con mi entender.
Son los estigmas que creando surcos nos acompañaran mientras vivamos.
Acuden a nosotros, instalandose en nuestros rostros en el primer sufrimiento.
Es nuestro cuaderno de bitácora.
Buen día Don Pedro.
Igualmente amigo Meme