Verano y conjuntivitis: el sol, el cloro y los alérgenos disparan los casos

8 de agosto de 2025
1 minuto de lectura
Dr. Salvador Molina, HM Málaga, durante una revisión ocular I Fuente: EP

Un especialista explica cómo ciertos hábitos incrementan las molestias oculares en la temporada estival

El verano trae consigo un aumento notable de casos de conjuntivitis. Según el doctor Salvador Molina, jefe del Servicio de Oftalmología de HM Hospitales en Málaga, la combinación del sol, el cloro de las piscinas y alérgenos como el polvo o el polen incrementan la incidencia de esta inflamación ocular.

La conjuntivitis se presenta con síntomas claros: enrojecimiento del ojo, picor, lagrimeo y, en algunos casos, secreción. Estos síntomas afectan la calidad de vida y requieren atención. Para prevenirla, es clave mantener una buena higiene ocular, evitar frotarse los ojos con las manos sucias y usar gafas de natación al bañarse en piscinas.

El especialista también alerta sobre el uso de lentes de contacto durante el verano, según informa Europa Press. El ambiente húmedo y la exposición a productos químicos pueden desencadenar infecciones graves como la queratitis, inflamación de la córnea que puede complicarse si no se trata a tiempo. Usar gafas de sol homologadas con protección ultravioleta es fundamental para evitar daños.

Una mujer con claros signos de padecer una conjuntivitis I Fuente: EP

Otros problemas oculares en verano

Además de la conjuntivitis, el ojo seco es otra afección muy común durante el verano. El calor, la deshidratación y el uso constante del aire acondicionado pueden alterar la película lagrimal, causando irritación, escozor y sensación de arenilla en los ojos. En casos severos, puede generar visión borrosa o molestias al despertar. Para evitarlo, el doctor Molina recomienda hidratarse bien, usar lágrimas artificiales y evitar el viento directo o corrientes frías.

Otra condición relacionada con la exposición solar es la fotoqueratitis o «quemadura ocular». Esta lesión de la córnea aparece tras una exposición intensa a los rayos ultravioleta, muy frecuente en playas o zonas nevadas sin protección ocular adecuada. Los síntomas incluyen dolor ocular agudo, fotofobia y sensación de cuerpo extraño, por lo que es vital buscar atención médica rápida.

Finalmente, los traumatismos oculares aumentan en verano debido a actividades recreativas y deportivas. Golpes, caídas o impactos con objetos pueden causar lesiones serias. Por eso, usar protección ocular adecuada y consultar al especialista ante cualquier golpe es imprescindible para evitar complicaciones.

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