Este viernes y sábado, el Congreso de los Diputados abre sus puertas de par en par para que la ciudadanía cruce, sin invitación previa ni cita protocolaria, el umbral de la historia democrática española. Es una tradición que se remonta a 1997, cuando el entonces presidente de la Cámara, Federico Trillo, decidió que el Parlamento debía ser también un espacio visible y cercano. Ahora, casi tres décadas después, la iniciativa sigue viva con más contenido social y cultural que nunca.
A las 9.30 de la mañana, los primeros visitantes serán recibidos por la presidenta del Congreso, Francina Armengol, acompañada por miembros de la Mesa y portavoces parlamentarios. La icónica Puerta de los Leones —esa que solo se abre en ocasiones solemnes como la apertura de la legislatura o el Día de la Constitución— volverá a abrirse para dejar pasar, literalmente, a la gente.
Los visitantes, previa reserva (ya agotada), podrán recorrer durante todo el viernes y el sábado estancias como el Vestíbulo de Isabel II, el majestuoso Salón de los Pasos Perdidos o el Hemiciclo, el corazón político de la democracia. Allí se pueden ver aún los impactos de bala del 23-F en el techo del Salón de Sesiones, testigos mudos del golpe que no fue. En cada rincón, una pincelada de historia, desde las cariátides que sostienen el Hemiciclo hasta los cuadros que narran momentos fundacionales de las Cortes españolas.
La galería de retratos de expresidentes de la Cámara o el vestíbulo de Cedaceros completan una visita que este año viene con acento en lo humano.
En esta edición, además del recorrido institucional, el Congreso ha querido dejar espacio para otra historia: la de las mujeres que sobrevivieron a la trata. Lo hace con la exposición “Puntadas de dignidad”, impulsada por la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP). La muestra incluye una colección de vestidos creados por mujeres que encontraron en la costura no solo un oficio, sino también una forma de reconstruirse.
Un mercadillo solidario instalado en plena Carrera de San Jerónimo, en colaboración con varias ONG, pone el broche humano y social a estas jornadas. Porque abrir las puertas del Congreso también es abrir espacio para otras voces y realidades.
Aunque las plazas con cita previa ya están completas, las personas mayores de 65 años podrán acceder acompañadas sin necesidad de reserva. Y para quienes no puedan desplazarse hasta Madrid, la visita podrá seguirse en directo a través de la web del Congreso o del Canal Parlamento en YouTube.