El asesinato de Carlos Manzo, Alcalde de Uruapan, que abiertamente desafió el estado violentado que se vivía en su municipio, se suma a una serie de asesinatos de personas que se han atrevido a levantar la voz y enfrentar la falta de Estado de Derecho en sus tierras, comercios y otros espacios. Hoy ya no basta aprehender al asesino: hay que combatir con determinación la causa de todos estos asesinatos.
La presencia ordinaria de grupos armados, que controlan la vida pública de los ciudadanos en varias regiones del país, es el verdadero crimen a enfrentar; los retenes en carretera, el despojo de tierras, las amenazas constantes a los productores, comerciantes y gobernantes, reflejan un grave debilitamiento del orden constitucional que los gobiernos, a nivel municipal, estatal y federal están obligados a garantizar.
Como Iglesia seguimos caminando cercanos a nuestros pueblos. Sacerdotes, religiosas y agentes de pastoral, aun en medio de contextos marcados por la violencia, permanecen fieles a su misión de anunciar el Evangelio, acompañar a las comunidades y abrir caminos de esperanza. La entrega silenciosa y valiente de estas personas es un signo vivo de la presencia de Cristo en medio de su pueblo, recordándonos que la luz nunca se extingue frente a la oscuridad.
Llamamos a todos los mexicanos que están provocando esta violencia fratricida a detenerla y respetar la vida de todos, pues cada hermano es un don de Dios del que se nos pedirán cuentas cuando estemos ante Él: «Caín, ¿dónde está tu hermano?» (Gn, 4,9). Nadie nació para hacer el mal y nadie encontrará su camino de felicidad transgrediendo la dignidad de su prójimo.
Así mismo, exigimos a las autoridades combatir con determinación e inteligencia el verdadero crimen, que no es solamente la trágica e indignante muerte de un comerciante o un alcalde, como fueron Bernardo Bravo y Carlos Manzo, sino la vida amenazada de miles de ciudadanos que día con día ven ultrajadas sus libertades al trasladarse y desarrollar sus actividades comerciales y recreativas.
El ITESO condena enérgicamente el asesinato de Carlos Alberto Manzo Rodríguez, presidente municipal de Uruapan, Michoacán, y egresado de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Gestión Pública.
Como comunidad universitaria exigimos justicia y demandamos a las autoridades de todos los niveles de gobierno garantizar la seguridad y el derecho a vivir en paz de todas y todos los mexicanos.
Tlaquepaque, Jal., 2 de noviembre de 2025.