Alcanzar la nota máxima no es cuestión de suerte, sino de estrategia, esfuerzo y saber manejar los nervios. Varias historias lo demuestran
Con la Selectividad a la vuelta de la esquina y los nervios al límite, muchos estudiantes se preguntan qué hay que hacer para sacar la nota perfecta. ¿Estudiar más? ¿Estudiantes esperan antes de comenzar las pruebas de acceso a la universidad menos? ¿Dejarse llevar por el estrés o tratar de mantener la calma? Lo cierto es que, más allá de los mitos y fórmulas mágicas, quienes han conseguido un 14 —la nota máxima— tienen mucho que contar, y su experiencia puede ser la mejor guía.
“En cuestión de técnicas de estudio, va a depender de la persona. Cada uno debería hacer algo de introspección para saber lo que le funciona mejor, porque no todos estudiamos ni aprendemos igual…”, explica Irene Vega Sánchez, estudiante de Ingeniería Aeroespacial en la UCLM, en declaraciones recogidas por la Guía de Acceso 2024-2025 de Uniscopio. Y tiene razón. Irene insiste en que no hay una receta universal para sacar buenas notas, pero sí hay una actitud que funciona siempre: llevar todo al día y no tener miedo a preguntar.
Su gran consejo para quienes están a punto de presentarse a la PAU es claro: prepararse todo el temario, organizar bien qué estudiar y cuándo, y practicar con exámenes de años anteriores. “Hay muchas veces que, dentro de las optativas, hay algunas que son más sencillas que otras… puede interesar centrarse más en las fáciles, aunque no sean de la asignatura que más guste”, recomienda, teniendo siempre en mente la ponderación de la carrera elegida.

Irene reconoce que, para sacar ese 14, se preparó más que para cualquier otro examen en su vida. Aunque venía con buenos hábitos desde Bachillerato y ESO, lo que más le costó fue mentalizarse de la importancia de esa prueba. “Teniendo eso muy en cuenta, lo siguiente peor fue organizarme… me hice unos horarios muy estructurados con los temas y tiempos de estudio en tablas de Excel”, recuerda.
También anima a los estudiantes a no cerrarse a una sola opción si no les alcanza la nota deseada. “Estén abiertos a más opciones, que no les dé miedo moverse… y si no pueden, que busquen otro grado relacionado, porque nunca se sabe si lo que te planteas en un primer momento es lo que verdaderamente te apasiona estudiar”, afirma con sensatez.
Otro caso de éxito es el de Abilio Ruiz Ramos, estudiante de Matemáticas en la UMA, que también logró el ansiado 14. Su consejo no podría ser más claro: “Esforzarse, ya que, a pesar de que es un año duro, con constancia los resultados llegan… no desesperarse ni venirse abajo”. Para él, el ánimo y la fortaleza mental son tan importantes como el estudio.

Abilio cree que no existe una técnica de estudio mágica: “Cada alumno se tiene que adaptar a su manera de aprender… los métodos que le funcionan a algunos, no tienen por qué funcionarle a todos”. Lo más complicado para él fueron los días previos a los exámenes: “La presión que te pones a ti mismo es mucha… lo más importante es visualizar el resultado antes de conseguirlo”.
Y para cerrar, un mensaje directo y sincero para quienes están a punto de vivir la Selectividad: “Disfruten, es un año bonito… y si no llegan los resultados que querían, no desesperarse, porque donde se cierra una puerta se abren otras”.
Sacar un 14 no es cuestión de suerte, sino de estrategia, esfuerzo y saber manejar los nervios. Estas historias lo demuestran.