Hoy: 19 de diciembre de 2024
Lauren Haydel, dueña de una boutique en Nueva Orleans, comparte cómo evitó el año pasado el alcohol durante las celebraciones navideñas, enfrentándose a un entorno asociado con la bebida. En lugar de críticas, recibió apoyo e interés de sus amigos, quienes también consideran que hay que reducir el consumo de alcohol.
Jessica Jeboult, creadora del sitio web A Sober Girl’s Guide, afirma que es un excelente momento para explorar la sobriedad, gracias al auge de productos sin alcohol y la creciente conciencia de sus beneficios, tal y como recoge el Diario de Chihuahua.
Elegir opciones sin alcohol antes de eventos sociales aumenta la comodidad y permite socializar sin sentirse fuera de lugar. Desde cervezas y vinos sin alcohol hasta cócteles personalizados, el enfoque está en hacer las bebidas festivas y especiales.
Considera actividades como patinaje sobre hielo o paseos al aire libre. Si un evento está demasiado centrado en la bebida, permítete no asistir y prioriza tu bienestar.
Aprende a identificar el momento ideal para irte. Muchas veces, después de cierto punto, las conversaciones se vuelven repetitivas. Salir temprano puede garantizar que disfrutes del evento sin presiones.
Si sientes estrés en un evento, haz pausas. Sal a caminar, ve al baño o come algo. Aplicar el método HALT (Hambre, Enojo, Soledad, Cansancio) ayuda a identificar necesidades básicas antes de recurrir al alcohol.
Conéctate con personas que te respalden, como un grupo de sobriedad o amigos con intereses similares. Tener un sistema de apoyo puede marcar la diferencia en momentos difíciles.
Asegúrate de tener opciones para regresar a casa sin depender de otros. Esto reduce el estrés y evita situaciones incómodas que puedan llevarte a consumir alcohol.
Haydel destaca la claridad mental, las conversaciones significativas y la alegría de despertar sin resaca como los regalos de su primera temporada sobria. La sobriedad se convierte en un obsequio constante para tu futuro.
Haz de la sobriedad una experiencia positiva. Planifica recompensas, como un desayuno especial al día siguiente o un paseo relajante, para cerrar las celebraciones con satisfacción y sin remordimientos.