En el marco del mes de concientización sobre la hipertensión arterial, el cardiólogo Adrián Carlessi alerta sobre la gravedad de esta afección silenciosa y potencialmente mortal. En diálogo con El Litoral, enfatiza que se trata de uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, ya que puede provocar enfermedades cardíacas y cerebrovasculares sin manifestar síntomas evidentes. “La hipertensión no avisa, pero puede matar”, sentencia.
El especialista explica que la hipertensión se diagnostica cuando la presión arterial supera los 140 mmHg de sistólica y 90 mmHg de diastólica en al menos dos mediciones. Según los consensos médicos, se considera presión normal si es menor de 130/80 mmHg y limítrofe si se ubica entre 130-139/85-89 mmHg. En el 90-95% de los casos se trata de hipertensión esencial, sin causa identificable, mientras que en el resto se vincula a enfermedades específicas como las renales o endocrinológicas.
Carlessi insiste en la necesidad de detectar la hipertensión a tiempo, y señala que los factores de riesgo pueden dividirse en inevitables —como la edad o la herencia genética— y evitables, como la obesidad, el sedentarismo, el consumo excesivo de sal, tabaco y alcohol. Asegura que actuar sobre estos últimos puede prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad.
Para mantener la presión bajo control, recomienda tres pilares: alimentación baja en sodio, actividad física regular y un adecuado control del peso. En jóvenes, al menos una o dos mediciones anuales son suficientes, pero a partir de los 40 o 50 años deben complementarse con electrocardiogramas y chequeos generales para detectar otros factores de riesgo como el colesterol alto o la diabetes.
El cardiólogo confirma que en etapas tempranas es posible revertir la hipertensión con cambios en el estilo de vida, sin necesidad de medicación. Sin embargo, advierte de que cuando se requiere tratamiento farmacológico, este debe ser personalizado y siempre acompañado por hábitos saludables. No existe una solución única, ya que cada caso debe evaluarse individualmente según el perfil del paciente.
Finalmente, Carlessi desmiente algunos mitos comunes: la hipertensión no da síntomas, su tratamiento no es temporal y no basta solo con tomar medicación. “Es una enfermedad crónica que necesita seguimiento médico constante”, remarca. También alerta sobre el riesgo de desinformación y la importancia de mantener controles periódicos para evitar complicaciones graves.