Dormir bien no debería ser un lujo, pero para quienes padecen apnea obstructiva del sueño, el descanso nocturno puede convertirse en una pesadilla continua. Ahora, un equipo de especialistas del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia ha confirmado que la cirugía de la vía aérea superior no solo mejora los síntomas de esta enfermedad de forma “notable”, sino que esos beneficios pueden mantenerse durante años, según una información publicada en Europa Press.
Según el nuevo estudio, los efectos positivos de la intervención quirúrgica se mantienen hasta al menos 80 meses después, siempre que el paciente no aumente de peso. El índice de apnea-hipopnea, uno de los principales indicadores de la enfermedad, muestra mejoras duraderas que se traducen en un sueño más profundo, menos interrupciones respiratorias y una mayor calidad de vida.
“La cirugía, si es eficaz, puede tener resultados estables en el tiempo. Pero lo realmente novedoso es haber seguido a los pacientes durante tanto tiempo”, explica la doctora Marina Carrasco, miembro de la Sociedad Española de Sueño y una de las autoras del trabajo. La apnea grave afecta al 3-6 % de los adultos y se asocia a enfermedades cardiovasculares, diabetes, ictus e incluso deterioro cognitivo.
El estudio también pone el foco en la necesidad de un seguimiento médico a largo plazo. Carrasco señala que muchas veces este control desaparece tras el primer año de la operación, lo que impide detectar recaídas o complicaciones. “La única manera de optimizar los resultados clínicos es seguir de cerca la evolución del paciente”, afirma.
Factores como el envejecimiento natural o el aumento de peso pueden reactivar la apnea incluso después de una cirugía exitosa. Por eso, los investigadores reclaman una mayor inversión en seguimiento y atención continuada. Porque dormir bien, cuando se consigue, no debería tener fecha de caducidad.