Fracaso este miércoles 7 de la primera intentona.
Las negociaciones entre conservadores y progresistas siguen sin romper el bloqueo desde prácticamente la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en julio de 2024 en la elección de los nuevos presidentes de las cruciales salas Segunda y Tercera del Tribunal Supremo: la que enjuicia a aforados y la que controla los actos del Gobierno (por ejemplo, nombramientos del Gobierno), respectivamente.
En estos momentos, los magistrados Andrés Martínez Arrieta y Pablo Lucas, respectivamente, son presidentes en funciones.
La decisión del magistrado Manuel Marchena de no seguir como presidente en funciones -acabado su mandato en diciembre pasado- hasta la elección de su sucesor- ha dejado la presidencia en funciones -interina- en manos del magistrado más antiguo, Martínez Arrieta, a quien le quedan dos años aproximadamente para acogerse a la jubilación.
Un símbolo de la situación por la que atraviesa Martínez Arrieta es que, según fuentes de la Sala, el magistrado ha decidido no ocupar el despacho del presidente de la Sala II, de la que Marchena se mudó al vencer su mandato como presidente.
La presidenta del CGPJ, Isabel Perelló, fue elegida después de que la derecha conservadora bloqueó la candidatura de la magistrada Pilar Teso -pactada entre el ministro Félix Bolaños y el representante del Partido Popular, Esteban González Pons- y apoyó, para romper aquel bloqueo, el nombre de Perelló, usando el argumento de que era afiliada a la progresista Juezas y Jueces para la Democracia.
Dos vocales del sector progresista -Carlos Preciado e Inés Herreros- se escindieron y respaldaron a Perelló.
Según fuentes consultadas, Perelló instó en los últimos meses a ambos sectores del CGPJ -que cuenta con diez vocales, diez votos, cada uno- a alcanzar un pacto para las presidencias de las salas II y III. Ante la imposibilidad de dicho pacto -el sector progresista apoya a la magistrada Ana Ferrer y el conservador a Martínez Arrieta-, la presidenta no incluyó hasta hoy en el orden del día de los Plenos la votación sobre ambas presidencias.
Perelló ha dejado saber al sector progresista que mientras veía con simpatía por razones de amistad la candidatura de la magistrada Ana Ferrer del sector progresista -que propone una reforma del funcionamiento de la Sala II – pero, en cambio, rechazaba la elección de Pilar Teso, su colega de la Sala Tercera – de lo Contencioso Administrativo- para presidir dicha sala.
Pero, finalmente, según las fuentes consultadas, Perelló quiere que Martínez Arrieta y Lucas, que están en la última fase de su carrera, salgan elegidos presidentes ahora “para reconocerlos su esfuerzo en la carrera judicial”.
Pero para ello hacen falta 13 votos, con los cuales la propuesta de ambas candidaturas en principio no parece contar.
Con todo, la presidenta, que podía retirar el punto del orden del día, ha decidido forzar la votación.
Esa doble candidatura sería el plan A de la derecha conservadora.
Pero también hay un plan B.
Si en dos votaciones más no se llega a nombrar a los magistrados para las citadas presidencias se convocará un nuevo concurso.
Fuentes consultadas señalan que si eso ocurre, Martínez Arrieta renunciará a su candidatura. Mientras Ana Ferrer seguirá postulándose, la derecha, que cuenta con siete u ocho vocales afiliados a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) apoyará la presentación de su ex presidente, Pablo Llarena, como candidato, y al tiempo romper al bloque progresista para obtener los 13 votos.