Casi un 20% de jóvenes españoles dice haber sufrido violencia sexual en el último año

Un 2,6% de los chicos y chicas encuestados aseguran haber intercambiado sexo por regalos o recompensas

Un 17,8% de los jóvenes españoles afirma haber experimentado algún tipo de violencia sexual durante el último año, siendo la vía electrónica la más común, y los chicos son los que enfrentan los casos “más graves”, según revela el informe de la Universidad de Barcelona (UB) Radiografía y prevención de la violencia en adolescentes.

El estudio, liderado por la profesora de la UB y directora del Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente (GreVIA), Noemi Pereda, tiene como objetivo examinar “la prevalencia de la victimización sexual” en una muestra de jóvenes de entre 14 y 17 años de 70 centros educativos secundarios en España.

El cuestionario utilizado para recopilar los datos aborda la violencia sexual en varias formas: por contacto con adultos, conocidos o desconocidos; por contacto con pares, conocidos o desconocidos; vía electrónica y explotación sexual.

De los 4.319 adolescentes encuestados, el 17,8% reportó haber experimentado algún tipo de violencia sexual, siendo el 11,2% chicos y el 24% chicas. Además, informaron haber sufrido entre 1 y 11 experiencias diferentes, con una media de 2 casos de victimización sexual.

La forma más común de violencia sexual es a través de la vía electrónica, con un 12,1% del total, siendo las chicas las más afectadas (18,3% de las chicas reportaron esta forma, frente al 5,9% de los chicos). Luego, le sigue la victimización sexual con contacto físico (9,9%).

En este último caso, aunque las chicas son las que más la experimentan (12,6%), no hay diferencias significativas entre sexos cuando se trata de violencia con contacto físico, lo que sugiere que “lo que atrae al perpetrador es la menor edad, menor madurez”, según explicó Pereda.

A pesar de que las chicas sufren más formas de victimización y tocamientos, ya sea por parte de figuras paternas o compañeros y amigos del colegio, son los chicos los que informan de formas de violencia “más graves”, que incluyen la penetración, ya sea por figuras adultas conocidas o desconocidas.

Esto puede parecer contradictorio pero está relacionado con la visión patriarcal, donde el varón es percibido como fuerte y menos propenso a reportar abusos, mientras que las chicas pueden enfrentar temores adicionales como el embarazo, lo que puede influir en una menor incidencia de penetración por parte de adultos, según Pereda.

En cuanto a la violencia sexual ejercida por pares, la forma más común es por parte de la pareja, siendo las chicas las más afectadas, con un 6,6%.

Un 2,6% reconoce intercambiar sexo por dinero o regalos

Según explicó Pereda, un 2,6% de los chicos y chicas encuestados informaron haber intercambiado sexo por regalos o recompensas en el último año, sin que se encontraran diferencias significativas por género.

Sin embargo, en cuanto a las formas específicas de explotación sexual, las chicas informaron haber producido más contenido sexual, como fotografías o vídeos, a cambio de dinero, alcohol, drogas o regalos, mientras que los chicos indicaron haberse involucrado en más relaciones sexuales con penetración a cambio de regalos o recompensas.

El estudio revela que la persona que ejercía la explotación sexual era generalmente desconocida para la víctima, y que el contacto “online” era lo más común para generar material de naturaleza sexual, a través de plataformas de redes sociales como Instagram o WhatsApp.

Por otro lado, en los casos de explotación sexual que implicaban tocamientos, penetración o sexo oral, el contacto en persona era más frecuente, ya fuera en la calle, dentro de la institución educativa o cerca del hogar.

Entre las conclusiones del informe, Pereda destacó que, además del género, otras variables de riesgo incluían una mayor prevalencia de victimización sexual en jóvenes de minorías sexuales, así como experiencias previas de violencia, especialmente en el entorno familiar, y el consumo de alcohol y pornografía.