Hoy: 25 de noviembre de 2024
El inesperado y repentino fallecimiento de Carlos Goyanes, a los 79 años, debido a un paro cardíaco mientras disfrutaba de sus vacaciones en su residencia de Marbella, ha dejado a su familia en estado de profunda tristeza. En medio de un riguroso luto y con lágrimas a flor de piel, su viuda, Cari Lapique, y sus dos hijas, Caritina y Carla Goyanes, llegaron al tanatorio de San Pedro de Alcántara para darle el último adiós al productor, en una ceremonia íntima y rodeados de sus seres queridos.
Y como no podía ser de otro modo, han sido innumerables los amigos y rostros conocidos que han querido arropar a la familia en este durísimo trance acercándose al velatorio para asistir a la misa funeral en memoria de Carlos Goyanes.
María Zurita, Ana Botella, Rafa Medina, José María García junto a su hijo Luis García Fraile, Olivia de Borbón y Julián Porras, Maribel Yébenes y su hija Myriam, o Pedro Trapote y Begoña García Vaquero son algunos de los rostros que se han dejado ver en el tanatorio.
También han acudido Inés Domecq, siempre impecable y derrochando elegancia incluso en estas dolorosas circunstancias, junto a su marido Javier Martínez de Irujo; Rosauro Varo sin Amaia Salamanca; o Isabelle Junot y Álvaro Falcó, acompañados por la pareja formada por Alonso Aznar y su prometida Renata Collado, que ultiman los preparativos de su boda, que tendrá lugar a finales de año en México.
Íntima amiga de Cari, Nuria González llegaba muy afectada al tanatorio para estar al lado de la socialité tras la muerte de su marido. Un varapalo que ella sufrió hace tan solo nueve meses con el fallecimiento de Fernando Fernández-Tapias, del que todavía se recupera.
Muy cercanos a los Goyanes-Lapique, Pepe Barroso acudía al sepelio con su madre y uno de sus hijos, Felipe; y minutos después era su exmujer Mónica Silva la que hacía su aparición junto a sus hijos Jaime y Pepe Barroso Jr., y su nuera Gara Arias.
Tras una larga jornada en el tanatorio en la que las muestras de cariño fueron constantes y en las que las coronas de flores enviadas por los amigos de la familia fueron un goteo permanente, una desolada Cari Lapique, casi sin fuerzas, abandonaba la capilla ardiente junto a su hija Carla y su yerno Jorge Benguría, agradeciendo el apoyo de los medios de comunicación en este doloroso momento.
Poco después era la primogénita del empresario, Caritina, la que incapaz de contener las lágrimas, aunque intentando dar muestras de su entereza arropada por su marido Antonio Matos y una amiga, salía del lugar tras dar el último adiós a su padre, con el que siempre presumió de una maravillosa y especial relación.