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Montañistas Polacos en la Cordillera de Los Andes

Ulises Carabantes Ahumada.

ULISES CARABANTES AHUMADA

La Cordillera de Los Andes es la cordillera continental más larga de nuestro planeta con 8.500 kilómetros desde el oeste venezolano hasta la Patagonia, pasando por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Son parte de esta larga cadena montañosa los volcanes más altos del planeta. Es esto último lo que quiero destacar.

En la Región de Atacama, Chile, se encuentra el volcán más alto de La Tierra, el Nevado Ojos del Salado, con 6.870 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra en un área de majestuosa belleza, que incluye la Laguna Verde, cuyas aguas son de color verde turquesa y es parte de un conjunto llamado de “los seis miles”, es decir, un grupo de montañas muy cercanas unas de otras, todas sobre seis mil metros sobre el nivel del mar.

A esta zona de “los seis miles” se puede acceder desde la ciudad de Copiapó, capital de la Región de Atacama en Chile o desde la provincia argentina de Catamarca. Esto último fue lo que hicieron a fines de 1936 cuatro montañistas polacos: Witold Paryski, Stefan Osiecki, Jan Szczepanski y Justyn Wojsznis. Estos cuatro aventureros zarparon del puerto polaco de Gdynia el 20 de octubre de 1936.

Después de atravesar el Mar Báltico, el Canal de Kiel en dirección al Mar del Norte y caer al suroeste para continuar viaje por el Canal de la Mancha y el Golfo de Biscaya, ingresaron al Océano Atlántico para navegar hasta el Río de La Plata y arribar a Buenos Aires el 13 de noviembre de aquel 1936.

La noche del 10 de diciembre del mismo año abandonaron Buenos Aires al iniciar el viaje hacia el oeste argentino, en un primer tramo ferrocarrilero entre esta capital y Córdoba. Al día siguiente tomaron el tren de trocha angosta que unía Córdoba con Catamarca, por medio de un árido, polvoriento y desolado territorio.

Después de un segundo cambio de tren en la estación Cebollar, arribaron a la pequeña ciudad de Tinogasta la tarde del 13 de diciembre de 1936, ciudad situada a 1.198 metros sobre el nivel del mar, perteneciente a la Provincia de Catamarca, en el noroeste argentino, muy próxima a la Cordillera de Los Andes, la que en aquella época tenía unos cinco mil habitantes, ningún teléfono, pero si una oficina de correos con telégrafo, además de una iglesia.

La caravana de 22 mulas y dos caballos para llevar mil ochocientos kilógramos de equipos y alimentos se organizó en la localidad de El Puesto, ubicada a 12 kilómetros al norte de Tinogasta. Mientras trabajaban intensamente bajo el sol de Catamarca, los cuatro aventureros polacos soñaban con los desconocidos gigantes de Atacama, que por aquel entonces eran parte de las inexploradas cumbres más altas del mundo.

La madrugada del 28 de diciembre de 1936; más de dos meses después de haber dejado Polonia, se puso en marcha la expedición con los ya referidos cuatro polacos y cuatro baqueanos argentinos: los hermanos Juan Sosa y José Ignacio Sosa, además de Lorenzo Bordón y Antonio Barrera.

Iban a estar más de dos meses en la mítica Cordillera de Los Andes, en busca de los gigantes de Atacama, en Chile, los “seis miles”, en el área del Paso de San Francisco. Los esperaban el Nevado Pissis de 6.780 msnm, el Nevado Incahuasi de 6.610 msnm, el Cerro de Nacimiento de 6.493 msnm, el Cerro de los Patos con 6.250 msnm, Nevado El Muerto con 6.470 msnm, Nevado El Fraile con 6.060 msnm, Nevado González con 6.660 msnm, Volcán del Viento con 6.010 msnm, Nevado Tres Cruces con 6.630 msnm, Nevado Volcán Ojos de Salado con 6.870 msnm y el Volcán Copiapó de 6.080 msnm. Es decir, el gran conjunto de “seis miles” de Atacama.

Después de éxitos y fracasos, el 14 de marzo de 1937 la expedición polaca comenzó su viaje de aproximación a Copiapó, capital de la Región de Atacama en Chile, ciudad a la que arribaron después de atravesar la cordillera de Domeyko y el imponente Salar de Maricunga.

El 26 de marzo de 1937 los cuatro polacos abandonaron la ciudad de Copiapó en un viaje aéreo hasta Santiago, prometiéndose volver a interactuar con los gigantes de Atacama, los “seis miles”, a quienes buscaron desde las alturas del avión, desde el cual podían observar el enorme Océano Pacífico y la cordillera andina. Los hechos históricos de Europa a partir del 1 de septiembre de 1939 impidieron que aquellos cuatro aventureros pudieran regresar a la Cordillera de los Andes.

El naturalista inglés Charles Darwin emitió la siguiente definición: “Este es el destino de la mayoría de los aventureros: apenas descubren lo más interesante de un terreno y ya lo tienen que abandonar”.

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