La capital de Líbano, Beirut, es víctima de un “bombardeo selectivo” por parte del Ejército de Israel. El suceso ha dejado un número indeterminado de muertos y heridos en medio del repunte de los enfrentamientos con el partido-milicia chií Hezbolá y ante el temor de expansión del conflicto en Oriente Próximo.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel han llevado a cabo un ataque selectivo en Beirut”, precisa el Ejército en un breve mensaje en su cuenta en la red social X, en el que precisa que “por ahora no hay cambios a las instrucciones en el frente interno”.
El bombardeo alcanzó un edificio de apartamentos en el área de Dahieh –situada en el sur de Beirut y de mayoría chií, con gran influencia de Hezbolá–, y ha dejado al menos cinco niños muertos, según las informaciones recogidas por la agencia estatal libanesa de noticias NNA.
Israel no se ha pronunciado por el momento sobre quién sería el objetivo del ataque, si bien fuentes citadas por la cadena de televisión libanesa LBCI apuntan a que se trataría de Ibrahim Akil, sobre el que pesa una recompensa de siete millones de dólares (cerca de 6,3 millones de euros) por parte de Estados Unidos.
Akil, alias Tahsin, es un miembro del Consejo de la Yihad de Hezbolá, el principal organismo militar del grupo. El hombre fue parte de la Organización de la Yihad Islámica, que reivindicó los atentados contra la Embajada de Estados Unidos en Beirut en 1983 y una toma de rehenes en esa misma década.