BBVA ha visto frustrado su segundo intento de adquirir Banco Sabadell, después de que la oferta de canje presentada fuera suscrita únicamente por accionistas que representan el 25,33% del capital, por debajo del 30% considerado mínimo y muy lejos del 50% que el grupo vasco había condicionado como éxito de la operación. La resolución se adelantó un día respecto al calendario previsto, según informó BBVA a la CNMV, detallando que la suscripción incluyó 1.272.671.801 títulos del Sabadell, equivalentes al 25,47% de los derechos de voto.
Entre los accionistas que aceptaron la oferta destacan el magnate mexicano David Martínez (3,86%), miembros del consejo de Sabadell que se separaron del rechazo mayoritario y fondos como Algebris Capital (0,05%) y parte de la participación activa de BlackRock (0,5%). En contraste, Zurich, socio estratégico en seguros, se negó a vender su casi 5% y la mayoría de los accionistas minoritarios tampoco se sumaron a la oferta, mostrando una adhesión general muy limitada.
Tras conocerse el resultado, BBVA anunció que retomará “de manera inmediata” su plan de retribución al accionista. El banco iniciará el 31 de octubre una recompra de acciones por cerca de 1.000 millones de euros y pagará un dividendo récord de 0,32 euros por acción el 7 de noviembre, lo que sumará aproximadamente 1.800 millones en remuneración. Paralelamente, solicitará al Banco Central Europeo permiso para lanzar una recompra adicional significativa como parte de su estrategia que prevé 36.000 millones en retribuciones entre 2025 y 2028.
En bolsa, la noticia fue recibida con optimismo: BBVA subió casi un 8% en Wall Street, al eliminarse la presión de una posible ampliación de capital del 18% que habría diluido a los accionistas actuales. Para el grupo presidido por Carlos Torres, el fracaso es doblemente amargo, ya que ya había intentado negociar con Sabadell en 2020 sin éxito debido a diferencias en el precio, y volvió a retomar las conversaciones en 2024 durante 17 meses de intensa negociación.
En 2020, Sabadell atravesaba su momento más crítico, con rentabilidad cercana a cero y miedo al impacto de la covid-19 en la actividad bancaria, y se valoraba en apenas 2.500 millones. Cuatro años después, BBVA propuso un canje tasado en 12.000 millones gracias a la recuperación bursátil del sector, mientras que hoy Sabadell capitaliza más de 16.000 millones, tras un rally consistente con la tendencia de la banca.
BBVA defendió la operación como una oportunidad para crear uno de los bancos más competitivos e innovadores de Europa y abrir camino a futuras consolidaciones. Por su parte, Sabadell mantuvo un rechazo firme, argumentando que la oferta infravaloraba su potencial y que la desaparición del banco podría afectar negativamente a pymes y autónomos, reduciendo la disposición de crédito. Su consejo de administración rechazó la oferta tres veces, la última vez considerando que incluso con la mejora del 10%, la tasación seguía siendo un 26% inferior al valor percibido de la entidad.