Hoy: 22 de noviembre de 2024
Bárbara Rey deja en el aire si Corinna Larsen tiene una copia de sus grabaciones con el Rey Juan Carlos, según informa Europa Press.
Los audios, hechos al Rey Juan Carlos en actitud íntima y comprometida y que según su hijo Ángel Cristo Jr. utilizó para chantajear al Emérito en la década de los 90, presuntamente, Corina los grabó con la intención de lograr trabajo y una millonaria cantidad que rondaría los 600 millones de pesetas.
La vedette habría hecho varias copias del material y nombres tan conocidos como Chelo García Cortés, Mayka Vergara o María Teresa Campos habrían custodiado estas comprometidas grabaciones que no dejarían en buen lugar al Emérito. Y no solo ellas, sino también -y para nuestra sorpresa- Corinna Larsen, según han revelado en Fiesta.
Al parecer, tiempo después de comenzar su amistad entrañable con Don Juan Carlos, se da cuenta de que está viviendo una historia similar a la de Bárbara Rey y alguien -cuya identidad no ha contado, le hace llegar parte del material, que tendría para “protegerse” por si en un determinado momento “lo necesita”. La princesa alemana tendría en su poder una copia, según Enrique del Pozo .
La actriz, muy seria, ha dejado en el aire si Corinna podría tener una copia de sus presuntas grabaciones con el Emérito. Una impactante información que pone en el punto de mira al padre de Felipe VI, que por el momento guarda silencio a pesar de las presiones que estaría recibiendo para emitir un comunicado.
Bárbara Rey se ha dejado ver por las calles de Madrid acompañada por Sofía Cristo y se ha enfrentado a la información de que Corinna tendría su material comprometido con Don Juan Carlos, después de que el colaborador Aurelio Manzano haya desvelado que la vedette “no reconoce” a su hijo tras sus últimas declaraciones en ¡De viernes! y ha decidido romper con él con la lapidaria frase “a partir de ahora está muerto para mi”.
Algo que, viendo su reacción impasible, parece no preocuparle en absoluto: “Venga gracias” ha sentenciado sin desmentir las afirmaciones de Enrique del Pozo, ocultándose bajo la capucha de su chaquetón antes de meterse en el coche con su hija.