“Por donde pise mi caballo, no crecerá la hierba”. Esa frase ha pasado a la historia.
De hecho, su magnífico caballo se llamaba Othar. Y reflexionando, nos preguntamos…
¿Cómo puede venirnos a la memoria aquello que estudiamos y aprendimos, y ver similitudes con personajes de hoy en día? Es demasiado escénico y patético. Lo bueno es que aquellos vivieron muchos siglos atrás y mataban a sus enemigos con espadas rectas, arcos, lanzas y cuerdas para capturarlos. Hoy intentan destruirnos con legajos y mentiras.
Los conquistadores de conciencias de hoy, con sus atribuciones, buscan matar nuestras libertades, logradas con años de esfuerzo, muertes, sacrificios, y hambre no solo de pan, sino de conocimientos y aprendizajes. Así podríamos compararnos con cualquier otro país, en lugar de ser conocidos por esas tropelías que se escapan por nuestras fronteras como un ejemplo vergonzoso de la nueva España.
Ahora no necesitan espadas como entonces; nos imponen leyes con vendas en los ojos, tapones en los oídos, manos atadas y bocas cerradas, quitándonos la voz y mermando nuestro conocimiento, impidiendo que podamos competir o defendernos.
Por desgracia, las muertes y la sangre derramada se acumulan en nuestras conciencias. Con las guerras de hoy, sabemos de la cantidad de mutilados que sobreviven gracias a haber quedado debajo de los cuerpos de otros muertos: los suyos, los nuestros, en esos terribles ataques a poblaciones enteras, sin piedad, igual que siglos atrás.
Mientras tanto, los hunos quedaron para siempre en los libros de historia como seres despiadados y canallas. Sus múltiples hazañas, bárbaras y sin piedad, abarrotaron de batallas salvajes y crueles las épocas en las que ocurrieron, atacando con total brutalidad a sus enemigos, que no dejaban de ser sus hermanos.
Que…bien, definieron como “El UNO”( como número) a alguien con mucho “predicamento” entre los suyos y convertirlo en el mayor conseguidor de la historia, solo, para sus más fieles seguidores adeptos al poder, el dinero, y toda clase de vicios. Pero con muy poca piedad empatía y deseos de mejorar la vida de los ciudadanos de a pie.
Están bien remunerados y así se toman la licencia de disfrutar de sus múltiples vicios y jactarse de permitírselos, al recibir siempre, gratificaciones ganadas, son personajes despreciables y son detestados por muchos.
Siempre propiciando la separación entre ciudadanos, están continuamente creando una discriminación insufrible. Aquellos se debatían en luchas terribles y así solían terminar con las diferencias, la verdad es que eran, unos salvajes, estos te hacen luz de gas constantemente.
Hoy las personas con un estatus, próximo al poder, se valen de su privilegio, para obtener de esta forma, saciar su hambre de riqueza, y sin conciencia apropiarse de lo que en realidad debería servir para beneficio de todos los ciudadanos.
Crear empresas y no lanzarlas al cierre, viviendas para nuestros jóvenes que no pueden independizarse, al no encontrar ese trabajo que por derecho deberían lograr. Una buena educación creando profesionales eficaces, una sanidad pública y eficaz, para todos los Españoles por el hecho de haber podido cotizar, al haber tenido trabajo.
Con unas pensiones que permitan, al vivir más, poder obtener ayuda para envejecer dignamente y no sentir miedo al pensar que será de ellos al carecer de familia, que pueda, aunque sea de vez en cuando, preocuparse por ellos.
Los hijos, al tener que trabajar los dos miembros, teniendo a sus padres con pensiones mínimas, ya me contarán como se hace, pues no pueden pagarse ni la residencia, donde terminar sus días y que solo esperan su liberación con su muerte.
Estos engreídos personajes de hoy, en sus delirantes vidas se creen por encima del bien y del mal, creyéndose intocables y actuando con total impunidad, dirigidos por alguien que se definió así mismo, como “el puto amo.” No esperéis de ellos rectificación alguna, el puesto es envidiable
y además con impunidad y los bolsillos llenos. ¡Es demasiado goloso!
Así que para no perder sus privilegiados puestos se esmeran en su crueldad y ayudan a crear deudas supermillonarias, a costa de quitar ayudas para otros menesteres muy necesarios para el bienestar de los ciudadanos, esos que son los sufridores de sus ideas macabras al arrastrarnos al terror del futuro que ellos están propiciando.
Todo lo prometido no existe, ni nuevos puestos de trabajo, ni viviendas para jóvenes, las esperas en las largas listas, en la sanidad pública, la educación mejorada, que hace mucha falta, tener pensiones más dignas, para poder vivir, hasta el final de sus vidas. Las pensiones de muchas viudas de autónomos, son muy inferiores a las dádivas que da el gobierno, para ganarse favores, sin mirar a esos ciudadanos sufridores nacidos, vividos y trabajados aquí.
Esta es la batalla cruel y es una guerra despiadada en nuestro país, sucumbimos a las miserias, por falta de atención en muchos hogares denominados vulnerables que si se comparan, con las ayudas que dan a otros, es para sentirse injustamente tratados.
Para colmo ahora existen voces de jóvenes que desprecian a los pensionistas y los empiezan a vilipendiar, por ser unos egoístas, al vivir más y cobrar, como ellos dicen, sin hacer nada.
Sería bueno para todos los sufridores, la supresión total de muchas de las locuras estipuladas y rubricadas gracias a las concesiones concedidas, solo por vivir el placer de presentarse ante los suyos, como el gran conseguidor para unos, en detrimento del resto.
Ser como Othar el caballo de Atila, no es ningún orgullo para nadie. Solo sintiéndose como un animal.
Los secarrales, sin agua no son nada deseados por nadie, es la peor tortura que un ser humano pueda soportar.
El cruel Atila, en el año 477 invadió Roma por su gran avaricia y fue un ataque total y se cuenta que fue un factor importante para la caída del imperio Romano. Era excepcional su fuerza y valentía, cruzó los Alpes y se adentró en Italia, se alimentaron gracias a su costumbre de montar sobre la carne que consumían colocándola debajo de la montura de sus caballos. Es un ejemplo de como pueden sobrevivir seres despreciables ganando batallas increíbles.
Gentes despreciables y sin conciencia, siempre han existido.
Esperemos que en algún momento, estos que se valen de todos nosotros, la vida les mande algún aviso para que se percaten que les devolverá, en algún momento y más pronto que tarde, todo ese mal que han causado, por esa enorme avaricia y desprecio hacia sus propios ciudadanos.