Hoy: 23 de noviembre de 2024
En las navidades pasadas, creo que el día 24 o quizá el 31 de diciembre, no recuerdo bien, leí en el suplemento dominical de El País un artículo de uno de mis escritores y articulistas preferidos, Javier Cercas.
Hablaba Cercas en su artículo (Artículo que, por cierto, yo tenía en mente escribir, casi literalmente como lo escribió él, pero, evidentemente no lo habría sabido escribir tan magistralmente).
Decía que hablaba de la gran (grandes) mentira de Pedro Sánchez, de su gran desilusión con el Partido Socialista y de su intención de voto para las próximas elecciones -que yo opino que no tardarán mucho en producirse-.
Como yo sí tengo espacio para extenderme en mi escrito, lo voy a aprovechar para hacerlo.
Llevo muchos años de amistad con grandes militantes del Partido Socialista. Cuando digo grandes me refiero a personas que han ocupado puestos de gran responsabilidad, no sólo en el partido sino también en la política nacional.
Con algunos de los que hablo -la gran mayoría son de mi edad, aunque también los hay jóvenes- echan pestes sobre la forma de hacer política de Pedro Sánchez y su gran cohorte de palmeros.
Están utilizando una gran mentira para tratar de convencer (¿A quién?) de que es absolutamente necesaria la Ley de Amnistia para solucionar el problema catalán (¿?) y por supuesto que Cataluña se sienta tan española como cualquier otra región de España.
Días antes de las elecciones del 23 de julio pasado, todos los palmeros de Pedro Sánchez y, por supuesto, él mismo, juraban y perjuraban de que no habría amnistia, y es más, el propio Pedro Sánchez llegó a prometer que traería a Carles Puigdemont para ser juzgado en España.
En menos de tres días este discurso cambió por completo y como se necesitaban los siete votos (Diputados) de Junts para gobernar lo que era una promesa electoral pasó a ser una necesidad fundamental para la gobernabilidad de España.
Y empezaron con La gran mentira: “O se concede la Amnistía o gobierna la extrema derecha”. Y esa es La Gran Mentira.
Pongámonos en lo que debería haber sido, es decir, con unos dirigentes del partido socialista dando mítines y diciendo lo que deberían, que el PSOE es un partido con mas de cien años de historia y que por encima de todo cumple sus compromisos electorales y por lo tanto, si gana las elecciones y necesita los votos de otros partidos para gobernar, siempre lo hará cumpliendo estrictamente con la Constitución y con la Ley (Debo decir que yo no dudo que la Amnistía sea constitucional, para eso están los expertos).
Pasado el día de las elecciones, 23 de julio, visto el resultado de las mismas, lógicamente el PSOE tiene que intentar formar gobierno, y para eso tiene la obligación de hablar, negociar con todos los partidos con representación parlamentaria.
Es lógico pensar que llegado el día de la votación en el Congreso para nombrar a Pedro Sánchez, presidente de Gobierno, los de Junts, junto con PP y Vox (Vaya trío) votarán en contra por lo que no habrá otra salida que convocar elecciones para el 14 de enero.
Y es en ese momento cuando Pedro Sánchez se dirige al país y les dice, nos dice, con su cara de niño bueno, que su partido jamás se someterá al chantaje de un partido como Junts, que por cierto, es el que representa a los dirigentes del famoso “tres per cent”, que denunció Maragall en el Parlamento Catalán (¿Lo recuerdan?) que es el partido de la oligarquía catalana, de los señores Artur Más o la familia de Jordi Pujol, la derecha más conservadora y cacique de Cataluña.
Ese es el partido con el que está negociando el presidente Sánchez. Ese es el partido que está presidiendo “in ausentiam” el señor Puigdemont…
Yo les pregunto ¿Ustedes, que están leyendo este artículo, creen que si hubiera ocurrido como yo les digo habría cambiado el resultado de las elecciones el 14 de enero?
Yo sinceramente creo que sí. No sé si el PSOE habría necesitado de los votos de Junts para gobernar, o sería el PP el partido con más posibilidades de gobernar.
No lo sé. Es difícil asegurar una cosa o la otra. Lo que sí sé es que el PSOE no estaría haciendo el ridículo, como lo está haciendo ahora, o desde hace varios meses.
Estamos llegando a un punto en el que parece que hasta el propio Junts parece no querer la amnistia. Creo recordar que unos días antes de las elecciones del 23 de julio, leí, no recuerdo dónde, que en Cataluña, en esos momentos, los independentistas habían bajado a un 37% y los no independentistas estaban en el 63%.
Es decir el famoso “procés” estaba sirviendo para desinflar bastante la idea de la independencia. Yo les hago la siguiente reflexión, o pregunta, ¿necesitaba el PSOE dejarse humillar, hasta el extremo que lo está siendo, sólo porque su Secretario General quiere ser Presidente del Gobierno?
Ahora los de ERC, a través de su presidente, Pere Aragonés, están diciendo que quieren un referéndum vinculantem sólo en Cataluña.
El PSOE, comom siempre, dice que es imposible, que la Constitución no lo permite (En este caso sí está clarísimo) bueno, pues dejen pasar unos días y ya les diré -bueno lo verán ustedes mismos- cómo empezaran los palmeros y estómagos agradecidos a decir que lo están estudiando…
Mi inquietud es ¿Hasta cuándo se darán cuenta los dirigentes del PSOE que esa actitud no les dará ningún beneficio electoral?
Hace unos días se han producido las elecciones en Galicia y el PSOE ha perdido un m ontón de votos y 5 diputados regionales, los palmeros dicen que no es por la amnistía. Claro que no, es porque el Barcelona le ganó al Celta en campo de éste. No te jode.
Querido y admirado Javier Cercas, sólo una cosa: yo también me quiero apuntar al Frente de Liberación Chus Lampreave.
Amén!!
Gracias por la reflexión, la imprudencia y falta de análisis de Sánchez, solo descalifica y desorienta al PSOE como también al país.