Si el magistrado instructor desestima la diligencia de último minuto solicitada por la abogada general, letrado del fiscal general del Estado. Álvaro García, a saber, la testifical del abogado y fiscalista Carlos Neira, la declaración de Alberto González Amador este viernes puede ser el punto final de la investigación y el paso previo para dictar -decisión ya adoptada- su procesamiento.
Hurtado no quería esta declaración. Tal es así que al desestimar la petición dijo que resultaba innecesaria y que, incluso, podía perjudicar a García.
Que al instructor le sobreviniera este sentimiento de compasión cuando ya hace meses que ha definido a García como autor de la filtración del correo del 2-2-2024 en el que González Amador admitió haber cometido dos delitos fiscales en su empresa Maxwell Cremona (intermedio con beneficio de 2 millones de euros en la venta de mascarillas durante la pandemia), resultaba curioso.
Eso debió parecerle a los tres magistrados de la Sala de Apelación de la Sala II del Supremo, quienes, con ponencia de Julián Sánchez Melgar estimaron el recurso de apelación del fiscal general del Estado y ordenaron citar a González Amador.
Según la Sala de Apelación, «querellantes y querellados están a disposición del procedimiento». Y no se dejan llevar por la presunta compasión del instructor al decir que esa declaración podría perjudicar a quien la solicitud. «La propia defensa es la que lo ha pedido», señala. Es decir: no necesita que se le haga el favor de no citarlo.
Y dice algo más sutil. «Será el afectado por la presunta divulgación quien ofrecerá los contornos de su actuación», enfatiza. Ya Miguel Ángel Rodríguez, MAR, jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, aportó detalles sobre esos «contornos». Oh contexto.
Por ejemplo: que el 13 de marzo de 2024 él, González Amador y su abogado, Carlos Neira, decidieron dar una respuesta a la información publicada sobre una denuncia de la Fiscalía de Madrid contra la empresa Maxwell Cremona -propiedad de González Amador- por delitos fiscales en los ejercicios 2020 y 2021. Se trataba de un fraude de 350.951 euros. MAR los puso en contacto con el diario El Mundo.
Y así la primera loncha de lo que sería el salchichón o caso FGE fue la filtración la noche del 13 de marzo de 2024 del correo que los citados facilitaron al periódico. Allí se reproducía un correo del fiscal de Madrid encargado del caso en respuesta al que le había enviado Neira, en la que proponía un acuerdo de conformidad. En la versión publicada era el fiscal quien presuntamente -algo completamente inverosímil- ofrecía el acuerdo o pacto, cuando era al revés.
A partir de allí tuvo lugar la filtración número dos. Y es el contenido del correo original al que había respondido, ocultando su existencia, el equipo González Amador-MAR-Neira.
Pero este «contorno» no iba a contaminar, por así decir, al instructor, quien ha sido celoso guardián de la loncha número dos, sin «contorno».
Es decir: haciendo caso omiso de la loncha número uno. La primera filtración.
Esta tozudez la ha mantenido a rajatabla. Y este viernes 23 se pone a prueba. Hurtado ya ha decidido procesar a Álvaro García. Pero tendrá que quitarse la última China del zapato. Y veremos cómo pone en correlato al interrogatorio, tal como lo hizo con las declaraciones de los peritos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.