Hoy: 23 de noviembre de 2024
La circulación atípica del virus de la gripe en los últimos dos años, con picos fuera de época, y una población menos inmunizada, ha alertado a expertos y autoridades sanitarias en una temporada que se prevé más precoz y más intensa, lo que les ha llevado a recomendar la vacunación. En los años anteriores, en los que la mayor incidencia de la pandemia de la COVID-19 ha provocado que mascarilla estuviera más extendida, ha frenado la propagación de la gripe.
El responsable Científico y de Vigilancia Virológica Centro Nacional de Gripe de Valladolid (Valladolid NIC), el doctor Iván Sanz Muñoz, insiste en que “la dinámica gripal que tuvimos en la temporada 2020-2021 fue totalmente inusual, con una circulación muy pobre del virus, prácticamente sin detecciones en el laboratorio”, según ha informado Europa Press.
Por su parte, el jefe de cardiología en Hospital Universitario Príncipe de Asturias, el doctor Alberto García Lledó, ha señalado que “es importante ser conscientes de que no sólo es importante que se vacunen las personas de riesgo, sino también las personas que las cuidan y acompañan“.
“Además de proteger contra la enfermedad, cada vez hay más datos que demuestran que el virus de la gripe es capaz de desencadenar infartos de miocardio y ataques cerebrales, y también que las personas vacunadas sufren menos episodios de esas enfermedades”, ha recordado.
Ha que recordar que la población de mayor edad es la más vulnerable frente a las complicaciones de la gripe. En cuanto a las herramientas más eficaces para prevenir estas complicaciones, varias investigaciones recientes confirman el efecto de la vacuna antigripal en la reducción del riesgo cardiovascular.
“Al separar los distintos tipos de ataques cerebrales, cuyas causas son diferentes, hemos identificado que en el ictus de tipo isquémico, se aprecia un efecto protector moderado, pero consistente y muy prolongado en el tiempo de la vacuna de la gripe para reducir estos ataques cerebrales”, afirma el doctor Alberto García Lledó, jefe de cardiología en Hospital Universitario Príncipe de Asturias.
“Todos los años, en otoño e invierno, se produce un aumento de la mortalidad general y por enfermedades cardiovasculares. Desde hace tiempo sabemos que tanto la gripe como el frío se asocian a ese tipo de enfermedades. Como el frío y la gripe suelen aparecer al mismo tiempo es difícil separar su efecto”, añade.
Finalmente, Sanz Muñoz, ha destacado que existen varias vacunas antigripales de inmunogenicidad reforzada, pero uno de los sistemas más eficaces es utilizar una mayor carga antigénica en personas de edad avanzada para estimular al sistema inmune de una forma conveniente y comparable al resto de población.
“Las personas de edad avanzada al disponer de un sistema inmune ‘perezoso’, necesitan mucho más estimulo. Esto se logra fácilmente con las vacunas de alta carga frente a la gripe, las cuales incluyen 4 veces más cantidad del antígeno gripal, logrando producir una respuesta equiparable, e incluso a veces mayor que en los adultos”, concluye.