La actriz Antonia San Juan, de 64 años, ha compartido con sus seguidores una noticia que nadie esperaba. La intérprete canaria ha sido diagnosticada con cáncer y ha decidido alejarse temporalmente de los escenarios para centrarse en su tratamiento.
San Juan explicó en un emotivo video publicado en su perfil de Instagram que durante más de un año ha sufrido problemas en la garganta. Siempre había tenido faringitis crónica, pero en los últimos meses las molestias se intensificaron, obligándola incluso a suspender funciones. Finalmente, tras una visita a su médico de familia, se detectó un problema en las cuerdas vocales que llevó a estudios más específicos con un otorrino.
Aunque aún espera los resultados de una biopsia para definir el tratamiento exacto, la actriz se mostró serena y confiada. «Tengo plena confianza en la ciencia», aseguró. Entre sus palabras también hubo un mensaje claro: aunque deberá alejarse un tiempo de lo que más ama, los escenarios, seguirá adelante con fortaleza y determinación.
La noticia de la enfermedad ya ha tenido consecuencias prácticas. Antonia San Juan ha suspendido la obra La ropa vieja de Cuca, que estaba lista para estrenarse. Sin embargo, lejos de dejar que la tristeza domine, la actriz transmitió un mensaje de positivismo y agradecimiento.
«Mi vida es bonita y no quiero quejarme de nada», declaró. Añadió que sus seguidores no deben preocuparse si ven que está menos activa: simplemente está enfrentando un tratamiento médico. Su intención es cuidarse, recuperarse y volver con la misma energía y pasión que siempre ha mostrado en el teatro y en la pantalla.
La pausa en su carrera es, según San Juan, una medida necesaria para priorizar su salud. Pero también es un recordatorio de la resiliencia de quienes enfrentan la enfermedad con honestidad y coraje. Sus palabras transmiten serenidad, fuerza y un ejemplo de cómo enfrentar la adversidad sin perder la esperanza.
Mientras espera los resultados definitivos de la biopsia, Antonia mantiene un enfoque positivo y una actitud que inspira. Su mensaje final es claro: la enfermedad no define quién es, y seguirá luchando con la misma pasión que la ha caracterizado durante toda su trayectoria artística.