A la hora señalada. ¿Parece un cuento?

17 de marzo de 2024
3 minutos de lectura
Bolsa de basura con dólares. | Fuente: Istock.

Aquellos camiones de la basura pululaban por muchas ciudades y pueblos durante las madrugadas, siempre a la misma hora.

Esa empresa no funcionaba en todas las provincias, solo en algunos ayuntamientos de diferentes comunidades.

Aquella noche llovía muy fuerte y se estaban arriando muchas calles, tanto que uno de esos camiones en una pequeña ciudad perdió el control chocando contra una vivienda en construcción y volcó.

El conductor, en muy mal estado, fue trasladado al hospital gracias a que algún vecino avisó, y al momento la Guardia Civil se personó y empezó a poner orden.

El camión quedó allí expuesto con su carga, de medio lado y con la cabina totalmente reventada.

Pasó muy poco tiempo cuando unos hombres vestidos de negro se presentaron junto con una grúa para llevárselo ante el estupor de la policía.

La poca gente que escuchó el ruido salió por si podía prestar ayuda, otros observaban en la calle, pero la mayoría desde las ventanas de sus casas.

La situación era demasiado rara… La Guardia Civil intervino diciendo que esperaban a la empresa y que de allí no se movía nada ni nadie.

De los costados del camión se estaban desprendiendo los carteles. Uno de los guardias tiró de él y vieron que tapaba unas siglas que habían sido sobreimpresionadas con el logotipo del Ayuntamiento.

La marca antigua estaba descolorida, habían intentado hacerla desaparecer colocando sobre aquellas siglas el nuevo logotipo.

Se taparon los laterales, pero cuando fue levantado por la grúa para ser trasladado, el sistema de cadena se atoró y no quedó otra que hacerlo a mano. Intervinieron hasta los hombres de negro y los guardias civiles se quedaron vigilando, fieles con su cometido de guardar la verdad de lo ocurrido.

La sorpresa surgió cuando la cabina se separó de la parte trasera donde la carga y todas las bolsas de basura cayeron quedando al descubierto al reventarse lo que contenían.

No eran desperdicios ni basura, eran montones de billetes que se esparcían por aquel suelo mojado pegándose en el asfalto. Era tanto que todos los allí presentes no salían de su asombro. No aparecía desperdicio ni basura alguna.

No se sabe cómo, pero empezó a aparecer gente con tapas de ollas, cacerolas, sartenes, etc. y comenzó un terrorífico concierto con un ruido ensordecedor.

Aquello parecía un inmenso robo. Los bancos no funcionan así… Los hombres de negro corrieron a sus coches, pero fueron interceptados por los guardias civiles.

Por fin apareció el alcalde y muchos concejales que no salían de su asombro. Se dio la voz a todo el país y fueron interceptados todos esos camiones que estaban recorriendo desde hacía años toda su geografía, actuando como simples camiones de basura.

Todos eran falsos y muchos con la misma carga, otros incluso con buena marroquinería, con muchas maletas en su interior que contenían un gran peso.

En ese país se formó tal escándalo que era imposible andar por las calles de sus ciudades, la gente quería la verdad de aquellos episodios.

Los gobiernos de las comunidades dimitieron en masa por no haber indagado a su tiempo, pero nadie parecía saber nada.

Se cerró el espacio aéreo y los aviones privados fueron inutilizados.

Ningún vuelo salió durante un tiempo, pero algunos de los corruptos huyeron, aunque el principal hacia días que había salido del país con su familia a un lugar secreto, dejando como siempre a los suyos desprotegidos después de utilizarlos.

Un personaje impresentable junto a los suyos, con un carisma que fue fachada de un ser sin conciencia ni dignidad.

Vive protegido y escondido gracias a sus adláteres en uno de esos países que amó, pagó, regaló, y ellos lo protegen.

Su mujer lo abandonó después de cantar La Traviata.

Ese país sufridor de semejante falso profeta hoy es libre de manejos y mentiras, y cada cuál vive con confianza en sus mandatarios porque son honrados y lo demuestran con sus formas de representar al país que sirven.

Es curioso… La máxima aspiración de los habitantes ya no es ser político. Esa palabra ya no significa hacerse rico. La máxima es: TANTO ERES, TANTO VALES, en consecuencia… TANTO TIENES.

La creación de trabajo aumenta día a día y para todos, pues reman con el mismo afán: crecer y crear.

Hoy son mejores individuos y luchan juntos por la transparencia.

De los malos tiempos se sacan enseñanzas que sirven para no volver a caer en las garras de la destrucción moral y económica. Debemos aplicarnos el cuento.

2 Comments

  1. Pues a ver si es así y eres profeta en tu tierra mi querido Camelot pues ya hay ganas de empezar a crecer, crear y prosperar pero mientras sea esa la empresa que recoja “ la basura” mal vamos

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